Enrique Garay fue un periodista deportivo mexicano nacido en 1969 en la Ciudad de México. Su carrera profesional en los medios de comunicación comenzó en 1993 como reportero en la cadena televisiva TV Azteca, donde cubrió eventos deportivos como los Juegos Olímpicos de Atlanta y Sydney, el Mundial de Fútbol de 1994 y la Liga Mexicana de Béisbol.
En 2000, Garay se trasladó a la cadena Televisa, donde se desempeñó como uno de los principales comentaristas deportivos del país. Entre sus logros destacan la cobertura de los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004 y de Beijing en 2008, así como el Mundial de Fútbol de Alemania en 2006.
Además de su trabajo en los medios de comunicación, Garay también participó activamente en el mundo del deporte, sobre todo como entrenador de la selección nacional de béisbol de México. También fue un apasionado de los deportes extremos y llevó a cabo diversos proyectos personales como la organización de un equipo de rally y la creación de una carrera de motocross.
Enrique Garay falleció en julio de 2020 a los 51 años de edad a causa de complicaciones derivadas del COVID-19. Su legado en el periodismo deportivo mexicano continúa siendo reconocido y valorado por sus colegas y la audiencia.
No hay información disponible sobre una relación entre Enrique Garay y Liliana Lago. Garay es un conocido periodista deportivo mexicano, mientras que Lago es una actriz y presentadora de televisión colombiana. Ambos han trabajado en diferentes medios de comunicación en sus respectivos países, pero no hay evidencia de que tengan una conexión personal o profesional directa.
Enrique y Adriana se conocieron en una librería mientras buscaban el mismo libro. Ambos se acercaron al mismo estante y al mismo tiempo, resultando en una pequeña colisión. Ambos se disculparon y rápidamente se dieron cuenta de que estaban buscando el mismo libro. Comenzaron a hablar, intercambiando opiniones sobre sus autores favoritos y sus libros preferidos. Descubrieron que tenían mucho en común y compartían una pasión por la literatura. Al final, Enrique y Adriana intercambiaron números de teléfono y acordaron encontrarse de nuevo en la librería para discutir más libros y autores. Desde entonces, Enrique y Adriana han compartido muchas tardes en la librería y han establecido no solo una amistad, sino también una conexión literaria duradera.