Eugenio Martín es un director de cine y guionista español nacido en Córdoba en 1925. Comenzó su carrera en el cine en los años 50 como ayudante de dirección y guionista, trabajando en películas como "La Venganza" (1958) y "Los Pequeños Gigantes" (1960). En la década de 1960, Eugenio Martín comenzó a dirigir sus propias películas, entre ellas "Hasta el Último Aliento" (1965) y "El Precio de un Hombre" (1966). En 1974, dirigió lo que se considera su obra maestra, "La Marca del Hombre Lobo", una película de terror que se convirtió en un clásico del cine de terror español.
A lo largo de su carrera, Eugenio Martín también trabajó en televisión, dirigiendo series como "Brigada Central" (1989) y "Farmacia de Guardia" (1991-1995). En 1999, recibió el premio Goya de Honor por su carrera en el cine. Eugenio Martín falleció en 2010 en Madrid, a los 85 años de edad.
Eugenio Martín y Lone Fleming fueron dos figuras destacadas del cine español de la década de 1970. Eugenio Martín era un director y guionista español, nacido en 1927, conocido por sus películas de género western y terror. Por su parte, Lone Fleming era una actriz danesa, nacida en 1940, que se había establecido en España y se había convertido en una de las figuras más destacadas de cine de terror en castellano de la época.
La relación entre Eugenio Martín y Lone Fleming se inició en 1971, cuando ambos trabajaron juntos en la película de terror "La noche del terror ciego". La película, dirigida por Martín y protagonizada por Fleming, fue un gran éxito en España y se convirtió en una de las películas más recordadas de la época. Posteriormente, la pareja volvió a trabajar juntos en "Las ratas no duermen de noche" (1973) y en "Siete gritos en el mar" (1974).
A pesar de que su colaboración cinematográfica duró sólo unos pocos años, la relación entre Eugenio Martín y Lone Fleming se mantuvo cercana hasta el final de sus vidas. En 2004, cuando Eugenio Martín murió, Lone Fleming declaró a la prensa que había perdido a un amigo y a un gran cineasta. Por su parte, Eugenio Martín siempre había afirmado que Lone Fleming era una actriz excepcional, con una gran capacidad para transmitir emociones en la pantalla. Ambos, sin duda, dejaron una huella imborrable en el cine español de la época.