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Filip Gajić

Filip Gajić

Filip Gajić es un hombre enérgico y apasionado por su trabajo. Desde joven mostró un gran interés por la fotografía y, después de dedicarle años de estudio y práctica, hoy en día es reconocido como uno de los mejores fotógrafos de su país. Su estilo artístico se caracteriza por la simplicidad en la composición, la precisión en la iluminación y su habitual elección del blanco y negro. A menudo trabaja en proyectos documentales, retratos o paisajes. Además de su trabajo como fotógrafo, Filip también es instructor de yoga y meditación. Practicante desde hace muchos años, cree firmemente en los beneficios que estas disciplinas aportan a la salud y la mente, y disfruta de compartir sus saberes con sus alumnos. En su tiempo libre, Filip disfruta leyendo ensayos filosóficos o caminando por la naturaleza para inspirarse para sus próximos proyectos creativos.

Relaciones amorosas

Lucija Serbedzija

Lucija Serbedzija

Esposa de Filip Gajić

2007 - -

Filip y Gaji se conocieron en un torneo de fútbol en la ciudad de Dubrovnik. Los dos competían en equipos diferentes y durante el partido tuvieron un encontronazo en el campo. Después del juego, ambos fueron a tomarse una cerveza juntos y hablar sobre su amor por el deporte.

Lucija y Serbedzija, por otro lado, se conocieron en un bar de música en vivo en Zagreb. Lucija estaba en el escenario cantando y tocando la guitarra, mientras que Serbedzija estaba en la audiencia disfrutando de la música. Después del show, Serbedzija se acercó a Lucija para felicitarla por su talento y comenzaron a hablar. Descubrieron que tenían muchos intereses en común y desde entonces se han mantenido en contacto.

Lucija Šerbedžija

Lucija Šerbedžija

Esposa de Filip Gajić

2007 - -

Lucija y Filip se conocieron en un café en el centro de la ciudad de Zagreb. Filip había estado sentado en la mesa, leyendo un libro y disfrutando de su café cuando Lucija entró en el local, apresurada y con el rostro enrojecido.

Sus miradas se cruzaron por un instante y Filip no pudo evitar sentir atracción por los ojos verdes de la chica. Lucija se acercó a la barra y pidió un café para llevar, pero justo antes de salir, tropezó con la pata de una silla.

Filip, que se había percatado del incidente, se levantó de inmediato para ayudarla a recoger sus cosas. Lucija se sonrojó al verlo ahí, de pie, con una sonrisa amistosa en el rostro.

Después de ese pequeño accidente, empezaron a hablar y a intercambiar números de teléfono. Y aunque, por un tiempo, no pasó nada más allá de unas cuantas citas, eventualmente se dieron cuenta de que habían encontrado algo especial el uno en el otro.