Florian Unger
Florian Unger era un hombre que siempre había vivido al margen de los convencionalismos. Desde joven supo que quería dedicarse a la música, pero no fue hasta los veintipocos años que se animó a formar su propia banda. A partir de ahí, no hubo vuelta atrás. Florian se lanzó de cabeza a una carrera musical que lo llevó por distintas ciudades y festivales, aunque nunca fue un artista de masas. Su música era demasiado personal y experimental para calar en el gran público, pero eso no le importaba. Él seguía componiendo y grabando canciones con la misma pasión que el primer día. Fuera de la música, Florian era un hombre solitario pero no triste. Tenía pocos amigos íntimos, pero todos ellos eran como familia para él. Le gustaba leer y viajar, y no tenía miedo de lanzarse a la aventura si la oportunidad se presentaba. Vivía al día, sin planes a largo plazo. La muerte de su madre lo afectó profundamente, pero también lo llevó a explorar nuevos sonidos y emociones en su música. Florian Unger era un hombre de pocas palabras pero muchas melodías.
