Francis Picabia, nacido en París en 1879, fue un influyente artista, poeta y cineasta francés. Comenzó su carrera artística a principios del siglo XX, influenciado por el Impresionismo, el Fauvismo y el Cubismo. Fue uno de los fundadores del movimiento Dadaísta en Zurich en 1916 y se convirtió en un importante representante del movimiento. Durante la Primera Guerra Mundial, Picabia trabajó en Suiza y Nueva York, donde se relacionó con artistas y poetas como Marcel Duchamp y Tristan Tzara. Tras la guerra, regresó a Francia y continuó con su carrera como artista, experimentando con diferentes técnicas y movimientos, como el Surrealismo y el Expresionismo Abstracto. Picabia también incursionó en el cine, creando películas experimentales y colaborando con otros cineastas. Falleció en 1953 en París a causa de un edema pulmonar. Hoy en día, su trabajo es reconocido como una de las contribuciones más importantes al arte moderno y al movimiento Dadaísta.
Gabriele Buffet-Picabia fue la esposa del artista Francis Picabia. Se conocieron en el año 1917, durante la Primera Guerra Mundial, mientras Picabia estaba en un viaje a Suiza con otros artistas. Se casaron en 1919 y se mudaron a Nueva York, donde se unieron al movimiento dadaísta.
Ambos artistas trabajaron juntos en numerosos proyectos, incluyendo la publicación de la revista dadaísta "391". Buffet-Picabia también fue modelo y musa inspiradora de muchas obras de arte de su esposo, incluyendo la famosa pintura "La nube en pantalones".
Sin embargo, la relación de la pareja se deterioró después de la Segunda Guerra Mundial, y se separaron en 1940. Buffet-Picabia continuó viviendo en los Estados Unidos, donde siguió trabajando como artista hasta su muerte en 1982. Francis Picabia regresó a Francia y también continuó su carrera artística hasta su muerte en 1953.
Francis Picabia y Meraud Guinness tuvieron una relación sentimental desde 1919 hasta la muerte de Picabia en 1953. Meraud Guinness era una mujer hermosa, conocida por su personalidad exótica y extravagante. Su madre era una aristócrata inglesa y su padre un financiero irlandés.
Picabia conoció a Meraud en París, en una fiesta organizada por el poeta Guillaume Apollinaire. La pareja comenzó una relación apasionada que duraría más de tres décadas. A pesar de la oposición de la familia de Meraud debido a la diferencia de edad y la reputación de playboy de Picabia, la pareja continuó su romance a través de los altibajos de la vida.
Durante su relación, Meraud influenció en gran medida la obra de Picabia. Él la retrató en varias ocasiones en sus pinturas con una técnica neodadaísta, desafiando las convenciones tradicionales del arte. Además, ella apoyó a Picabia en su carrera artística y lo alentó a seguir explorando nuevos estilos y técnicas.
A pesar de que se encontraron en los círculos sociales más elitistas, la pareja mantuvo una vida privada repleta de escándalos y conflictos. Sin embargo, su amor perduró y Meraud estuvo al lado de Picabia hasta el final de su vida, cuando murió por complicaciones de un accidente cerebrovascular en 1953.
Glenway Wescott, un escritor y novelista estadounidense, y Francis Picabia, un artista francés, tuvieron una relación platónica durante muchos años. Se conocieron en París en la década de 1920 y rápidamente se hicieron amigos cercanos. Wescott se enamoró del arte y la personalidad de Picabia, y la relación se profundizó a lo largo del tiempo.
La amistad entre Wescott y Picabia incluyó muchos intercambios de cartas y visitas a sus respectivos hogares. También colaboraron en proyectos creativos juntos. Por ejemplo, Wescott escribió el prefacio para el catálogo de la exposición de Picabia en la galería Julien Levy de Nueva York en 1938.
Además de su amistad, Wescott y Picabia compartían una visión del mundo común. Ambos eran innovadores y estaban interesados en explorar los límites del arte y la literatura. También disfrutaban del estilo de vida bohemio y eran conocidos por su amor por la noche y la extravagancia.
La relación entre Wescott y Picabia se mantuvo hasta la muerte de Picabia en 1953. Wescott escribiría más tarde sobre su afecto por Picabia en sus memorias, publicadas en 1962.
La relación entre Wescott y Picabia es un ejemplo de la amistad y colaboración creativa entre dos figuras destacadas de la cultura del siglo XX. Su relación fue compleja y multifacética, pero siempre estuvo marcada por un respeto mutuo y una pasión compartida por el arte y la innovación.