Francois-Xavier Fabre fue un pintor y experto en arte nacido en Montpellier, Francia, en 1766. Fue criado en una familia de artistas y estudió en la Academia de Bellas Artes de Toulouse. En 1787, viajó a Italia y estudió los grandes maestros del Renacimiento y el Barroco. Regresó a Francia en 1792 y llegó a ser un profesor en la Academia de Arte de Montpellier. También trabajó en París como un experto en la compra y venta de obras de arte. Durante su tiempo en París, estableció amistad con muchos artistas famosos, incluyendo a Jacques-Louis David. Después de la caída de Napoleón, Fabre fue acusado de ser un simpatizante de la familia real y fue brevemente encarcelado. Sin embargo, fue liberado y regresó a Montpellier, donde se enfocó en su propia obra pictórica. Fabre es conocido principalmente por sus retratos, que son característicos por su habilidad en capturar la personalidad y la emoción de sus sujetos. También pintó algunos paisajes y escenas históricas. Fabre murió en 1837, dejando detrás un legado artístico significativo y una reputación como uno de los más grandes artistas de su tiempo. Su hogar en Montpellier ha sido convertido en un museo en su honor.