Frank McCourt fue un escritor estadounidense nacido en Nueva York en 1930 y fallecido en 2009. Hijo de inmigrantes irlandeses, Frank McCourt pasó su infancia en la pobreza de Limerick, Irlanda. Abandonó la escuela para ayudar a su familia a ganarse la vida y se unió al ejército de los EE. UU. en su adolescencia. Después de su liberación del ejército, McCourt se convirtió en maestro de escuela primaria en Nueva York y más tarde en escritor a tiempo completo.
McCourt alcanzó el éxito literario en 1996 con la publicación de su autobiografía "Las cenizas de Ángela". La novela relata su infancia en Limerick, incluyendo su lucha para sobrevivir en la pobreza y la muerte de varios miembros de su familia. La novela fue un éxito de ventas mundial y fue galardonada con el premio Pulitzer de Biografía y Autobiografía en 1997.
Después del éxito de "Las cenizas de Ángela", McCourt escribió varios libros más, incluyendo las secuelas "Esperanza de tiburón" y "Teacher Man". También fue profesor en varias universidades, incluyendo la Universidad de Nueva York y la Universidad de Princeton.
Frank McCourt falleció en 2009 debido a un melanoma metastásico en el pulmón. Su vida fue recordada por sus contribuciones literarias y su perseverancia frente a la adversidad de su vida.
Ellen McCourt y Frank McCourt fueron una pareja casada durante más de treinta años. Se conocieron mientras eran maestros de escuela en Nueva York y se casaron en 1961. Tuvieron una hija llamada Maggie McCourt.
La relación de Ellen y Frank no fue fácil, ya que lucharon por mantener su matrimonio debido a los problemas de adicción al alcohol de Frank. En sus memorias, "Las cenizas de Ángela", Frank habla abiertamente sobre su matrimonio con Ellen y cómo su adicción fue una carga para su relación.
A pesar de los altibajos, Ellen y Frank se mantuvieron juntos durante décadas, apoyándose mutuamente en sus proyectos literarios. Ellen trabajó en la edición de los libros de su esposo y también escribió su propia obra, "Comida y amistad: recetas y recuerdos de Frank McCourt".
Cuando Frank falleció en 2009, Ellen se mantuvo activa en la promoción de su legado literario y se unió a la Junta Directiva de la Fundación Frank McCourt. En 2011, Ellen publicó un libro de memorias llamado "De cuando éramos novios: cartas de amor de Ellen y Frank McCourt".
En resumen, la relación entre Ellen y Frank McCourt fue una historia de amor con altibajos. A pesar de las dificultades, se mantuvieron juntos durante décadas y apoyaron mutuamente sus carreras literarias.
Un día soleado en Nueva York, Cheryl-Floyd caminaba hacia su trabajo en el centro de la ciudad. De repente, tropezó con un hombre alto y delgado que también parecía estar apurado. Era Frank-McCourt, un prominente escritor irlandés que estaba visitando la ciudad para asistir a una conferencia de literatura.
Ambos se disculparon rápidamente y siguieron su camino. Cheryl recordaba haber leído algunas de las obras de Frank, así que se sintió un poco emocionada por haberse topado con él. Sin embargo, no se atrevió a decirle nada en ese momento.
Pero la vida es impredecible, y los caminos de ambos volvieron a cruzarse unos días después en una librería local. Cheryl estaba buscando un libro de poesía para un regalo, y Frank estaba firmando copias de su último libro. Se encontraron de nuevo y esta vez tuvieron la oportunidad de hablar un poco más.
Cheryl expresó su admiración por la obra de Frank y él se interesó por el trabajo de Cheryl como editora. Hablaron sobre la escritura, la literatura, la vida y el amor. Descubrieron que tenían muchas cosas en común y una atracción mutua comenzó a florecer.
Después de esa tarde en la librería, Cheryl y Frank salieron a cenar juntos y nunca se separaron desde entonces. La casualidad de ese tropiezo en la calle tenía un destino. Unidos por la pasión y el amor por la literatura, su encuentro fortuito se convirtió en una historia de amor duradera y enriquecedora.
Frank McCourt y Alberta Small se conocieron en la década de 1960 cuando él impartía clases de literatura en una escuela de Nueva York y ella era una adolescente en una de sus clases.
Según lo que se ha informado, la relación entre ambos comenzó cuando Alberta se presentó en la casa de Frank para pedirle que la ayudara con su tarea y terminaron besándose. A pesar de que él era mayor que ella, la pareja comenzó una relación romántica que duró varios años.
Sin embargo, su relación no fue fácil. Frank estaba casado y tenía hijos, por lo que debían mantener su relación en secreto. Además Alberta, que era afroamericana, tuvo que lidiar con la discriminación y el racismo que existía en la sociedad de la época.
Finalmente, la relación entre Frank y Alberta llegó a su fin después de que él se divorciara de su esposa y se mudaran juntos a Irlanda. Sin embargo, su relación aún es recordada como una parte importante de la vida de Frank McCourt y de su obra literaria.