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Frank Ormond Soden

Frank Ormond Soden

Frank Ormond Soden fue un empresario y mecenas estadounidense nacido en 1876 en Pennsylvania y fallecido en 1931. Soden se inició en el mundo de los negocios siendo muy joven, trabajando en una fábrica textil en su ciudad natal. Sin embargo, su verdadera pasión era la construcción y la promoción inmobiliaria. A finales del siglo XIX se trasladó a California, donde compró tierras en el sur de Los Ángeles y construyó casas y apartamentos para la creciente población de la ciudad.

Soden también participó en la creación de numerosas empresas, como la Pacific Electric, una compañía de tranvías que llegó a ser la más grande del mundo en su momento. Asimismo, invirtió en la industria del cine, ayudando a la creación de los estudios Universal Pictures.

Sin embargo, Soden es conocido sobre todo por su faceta de mecenas. En 1925 fundó la Soden Collection, una importante colección de arte moderno que incluía obras de artistas como Pablo Picasso, Georges Braque o Henri Matisse. La colección fue expuesta en su mansión de Los Ángeles y se convirtió en un centro de reunión para la comunidad artística de la ciudad.

Tras la muerte de Soden, su colección y su mansión fueron vendidos al Estado de California en 1933, convirtiéndose en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles. La Soden Collection sigue siendo una de las colecciones de arte moderno más importantes del mundo.

Relaciones amorosas

Wanda Holden

Wanda Holden

Pareja de Frank Ormond Soden

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Frank Ormond Soden y Wanda Holden se conocieron en una cafetería en el centro de la ciudad un día de verano. Frank estaba trabajando en su computadora portátil, tratando de redactar un nuevo artículo para su revista, cuando Wanda entró en la cafetería buscando desesperadamente un lugar fresco y con aire acondicionado donde sentarse.

Al principio, Wanda no prestó mucha atención a Frank. Sin embargo, después de unos minutos, comenzaron a conversar sobre el clima abrasador y su mutuo amor por el café helado. A medida que la conversación continuó, Frank quedó impresionado por la inteligencia y la personalidad vibrante de Wanda, y rápidamente se sintió atraído por ella.

Después de hablar durante un tiempo, Frank sacó un ejemplar de su revista y le preguntó a Wanda si le gustaría leerlo. Ella aceptó gustosamente y pasó las siguientes horas leyendo cada artículo de la revista mientras Frank continuaba trabajando en su portátil.

Finalmente, cuando la cafetería comenzó a vaciarse y la noche empezó a caer, Frank y Wanda intercambiaron números de teléfono y se despidieron con una promesa de volver a verse.

A partir de ese momento, Frank y Wanda comenzaron a salir regularmente, disfrutando de su amor por el café, los libros y la cultura pop. Eventualmente, se enamoraron profundamente el uno del otro, y la cafetería en la que se conocieron se convirtió en su lugar de reunión favorito, recordándoles siempre cómo el destino los había llevado el uno al otro.