Fulvio Tiberio Vergari nació en Varese Ligure, Italia, en 1935. Estudió en la Escuela de Arte de Brera en Milán y luego trabajó en la industria textil y en publicidad en Italia y en el extranjero. En la década de 1960, comenzó a trabajar como artista gráfico y diseñador industrial, y sus diseños se exhibieron en numerosas exposiciones y museos.
En la década de 1970, Vergari se unió al movimiento radical italiano Arte Povera, que utilizaba materiales y objetos cotidianos en sus obras de arte. En sus obras, Vergari mezclaba materiales naturales y artificiales, como piedras, madera, vidrio y aluminio, para crear esculturas y objetos de arte abstractos y minimalistas.
A lo largo de su carrera, Vergari también se dedicó a la docencia, enseñando en universidades y escuelas de arte en Italia, Europa y América Latina. En 1993, fue nombrado profesor en la Academia de Bellas Artes de Brera en Milán.
Fulvio Tiberio Vergari falleció en 2016 en Milán, dejando atrás una importante obra en el mundo del arte y el diseño.
Fulvio, Tiberio y Vergari eran tres amigos de toda la vida que siempre estaban juntos en los momentos importantes. Una noche decidieron salir a tomar unas copas y terminaron en un bar de salsa, donde conocieron a Tamara y Lees. Los chicos se acercaron a ellas para invitarlas a bailar y desde ese momento, la conexión fue instantánea.
Tamara y Lees eran dos amigas que buscaban pasar un buen rato en la ciudad. Ambas eran excelentes bailarinas de salsa y se dieron cuenta de que los chicos sabían moverse muy bien. Después de bailar juntos toda la noche, decidieron seguir la fiesta en otro lugar más tranquilo.
Ya fuera del bar, compartiendo un trago en una terraza, empezaron a conversar sobre sus vidas y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Fulvio, Tiberio y Vergari eran unos apasionados de los deportes extremos, mientras que Tamara y Lees eran fans del cine de terror.
Desde ese día, no volvieron a separarse. Querían seguir bailando juntos, ver películas de terror y aventurarse en nuevos deportes extremos. Sin duda, había nacido una bonita amistad entre ellos.