George C. Marshall fue un destacado militar y diplomático estadounidense nacido en Uniontown, Pensilvania, en 1880. Es reconocido por su papel en la Segunda Guerra Mundial como uno de los estrategas militares más importantes de los Aliados.
Durante su carrera militar, Marshall ocupó varios cargos de alto rango, como jefe del Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos, donde fue responsable de la planificación y coordinación de la participación de los EE. UU. en la Segunda Guerra Mundial.
En 1947, el presidente Harry S. Truman lo nombró Secretario de Estado y en esa función desarrolló el Plan Marshall para reconstruir Europa después de la guerra. Este plan contribuyó significativamente a la recuperación económica y social de Europa Occidental.
Marshall recibió el Premio Nobel de la Paz de 1953 por su trabajo en el plan de reconstrucción europeo y por su labor en el establecimiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Marshall falleció en 1959 en Washington, DC a los 78 años de edad.
No se conoce una relación entre George Marshall y Elizabeth Carter Coles. George Marshall fue un general y estadista estadounidense que sirvió como Jefe del Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos y Secretario de Estado de los Estados Unidos. Elizabeth Carter Coles es una historiadora de arte y autora estadounidense. No hay evidencia de que hayan tenido contacto personal o profesional.
George Marshall, diplomático de carrera, y Katherine Boyce se conocieron en una conferencia internacional sobre estrategias de seguridad en Europa. Ambos estaban muy interesados en el tema y durante los debates y mesas redondas siempre coincidían en sus posturas y argumentos.
Después de varias jornadas de trabajo, un grupo de participantes decidió ir a tomar unas copas para distenderse y relajar las tensiones del evento. George y Katherine se unieron al grupo y allí empezaron a charlar distendidamente sobre temas más personales.
Descubrieron que tenían intereses comunes fuera del ámbito profesional y la conversación fluyó hasta altas horas de la madrugada. Al día siguiente, se dieron cuenta de que se habían perdido varias ponencias del evento, pero para ellos había valido la pena haber pasado una noche tan agradable en compañía de nuevas amistades.
A partir de entonces, George y Katherine se mantuvieron en contacto, intercambiando opiniones y experiencias profesionales, pero también hablando de sus preocupaciones y anhelos más personales. Poco a poco, su relación se fue estrechando, y hoy en día se consideran amigos íntimos y confidentes.