Geraldine McGovern

Geraldine McGovern se había dedicado a su carrera de abogada durante muchos años, pero un día decidió que necesitaba un cambio radical en su vida. Dejó su trabajo en un prestigioso despacho de abogados y decidió abrir su propia panadería. Esta decisión sorprendió a muchos de sus amigos y colegas, pero Geraldine estaba decidida y convencida de que era lo que quería hacer. La panadería se convirtió rápidamente en un éxito. Los clientes adoraban los panes y pasteles que Geraldine preparaba con tanto cariño y dedicación. Además, se hizo famosa por su pan de molde, que tenía una receta secreta que solo ella conocía. Pero no todo fue fácil para Geraldine. A menudo se enfrentaba a largas horas de trabajo y a situaciones estresantes, lo cual afectaba a su salud mental. Sin embargo, estaba determinada a hacer que su negocio triunfara. A pesar de que extrañaba su antigua carrera de abogada, Geraldine encontró en la panadería una nueva pasión y un propósito. Estaba feliz de poder compartir su amor por la comida con los demás, y se sintió agradecida por la oportunidad de reinventarse en la vida.