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Glenn Versieck

Glenn Versieck

Glenn Versieck siempre ha sido un apasionado de las artes visuales. Desde muy joven, encontró en la fotografía su medio de expresión favorito, recorriendo con su cámara distintos lugares del mundo y capturando la belleza en los detalles más simples.

Pero su interés no se limita solo a la fotografía. Glenn es un apasionado del arte en general y en su tiempo libre disfruta de la pintura y el dibujo. Además, es un gran amante de la música y disfruta tocando la guitarra en su tiempo libre.

En su carrera profesional, Glenn ha trabajado en distintas agencias de publicidad y ha colaborado en proyectos de diversas índoles, desde campañas publicitarias hasta exposiciones artísticas. Su capacidad para entender y transmitir la esencia de la marca o el concepto ha sido clave en su éxito como creativo.

En su vida personal, Glenn es un hombre tranquilo y reservado, aunque siempre dispuesto a ayudar a quienes lo rodean. Disfruta de la compañía de sus amigos y familia, y dedica gran parte de su tiempo libre a buscar la belleza en las pequeñas cosas y a alimentar su creatividad.

Relaciones amorosas

Anke Frederick

Anke Frederick

Novia de Glenn Versieck

2008

Glenn y Anke se conocieron en una reunión de negocios en Bruselas. En un principio, ambos trabajaban para diferentes empresas, pero compartían el interés por el mercado de la tecnología. Durante el cóctel de bienvenida, Glenn y Anke comenzaron a charlar sobre sus proyectos y las perspectivas para sus respectivas compañías.

A medida que transcurría la noche, la conversación se hizo cada vez más profunda y ambos comenzaron a hablar de sus intereses fuera del trabajo. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su amor por la música clásica y su afición por viajar.

Glenn y Anke intercambiaron tarjetas de presentación al final de la reunión y prometieron mantenerse en contacto. Poco después, ambos se conectaron en LinkedIn y comenzaron a hablar regularmente.

Después de varias semanas, Glenn invitó a Anke a ver una presentación de la Orquesta Filarmónica de Bruselas. Durante el concierto, los ojos de Anke se llenaron de lágrimas cuando escuchó el adagio de la Sinfonía n. ° 5 de Beethoven. Glenn le tendió un pañuelo y ella se lo agradeció con una sonrisa tímida.

Desde ese momento, Glenn y Anke comenzaron a salir regularmente. Descubrieron que eran el uno para el otro, disfrutando de largas caminatas por el campo belga e intercambiando libros sobre filosofía. Eventualmente, decidieron unir sus empresas y establecer su hogar juntos en Bruselas.