Gloria Stroock es una chef y restauradora estadounidense, nacida en 1926 en Nueva York. Después de graduarse en ciencias políticas y trabajar para la agencia de noticias United Press, se interesó por la cocina y comenzó su carrera en el mundo de la gastronomía.
En la década de 1950, abrió su primer restaurante en Manhattan, llamado The Seafood Gallery, donde ofrecía platos de mariscos y pescados frescos. Posteriormente, abrió otros restaurantes en Nueva York y California, incluyendo el famoso The Grapevine, con una decoración temática basada en la vida vinícola.
Stroock innovó en la cocina al incluir ingredientes y sabores exóticos y diferentes a la cocina tradicional americana. Además, fue una de las primeras mujeres en destacar en el mundo de la restauración, abriendo camino para futuras generaciones de mujeres chefs.
A lo largo de su carrera, Stroock recibió varios premios y reconocimientos por su contribución a la gastronomía, como el premio Women Who Make a Difference de la Universidad de California en 2009.
Actualmente, Stroock se dedica a ofrecer consejos y mentoring a jóvenes chefs y restauradores a través de la organización Women Chefs & Restaurateurs.
Gloria Stroock y Leonard Stern eran dos figuras importantes en el mundo de los negocios y la filantropía que estuvieron casados por más de 30 años. Gloria era una abogada y empresaria que fundó su propia empresa de consultoría legal y financiera, mientras que Leonard era un empresario y productor cinematográfico que se convirtió en multimillonario después de vender su participación en la empresa familiar, Hartz Mountain Corporation.
Ambos compartían una pasión por la filantropía y donaron generosamente a varias organizaciones benéficas durante su vida. En 2011, la pareja creó la Fundación Stroock & Stroock & Lavan Family, que se centró en apoyar la educación, la salud y otras causas que combaten la pobreza.
Aunque Leonard falleció en 2017, Gloria sigue siendo muy activa en el mundo de la filantropía y sigue dando apoyo a organizaciones que ayudan a los menos afortunados. A pesar de su éxito profesional, tanto Gloria como Leonard siempre se mantuvieron humildes y comprometidos con el bienestar de su comunidad y su país. Su historia es un recordatorio del poder de la generosidad y el valor de hacer una diferencia en la vida de los demás.