Gorden Leith es un hombre sumamente dedicado a su trabajo, es un ingeniero civil muy capacitado que ha obtenido muchos logros a lo largo de su carrera. Ha viajado por todo el mundo para trabajar en proyectos importantes, y su experiencia es muy valiosa para cualquier empresa.
A pesar de que se enfoca mucho en su trabajo, Gorden siempre pasa tiempo con su familia y amigos. Es un hombre muy amistoso y gentil, que siempre está dispuesto a ayudar cuando alguien lo necesita. Además, le encanta practicar deportes y hacer ejercicios para mantenerse en forma.
En su tiempo libre, Gorden disfruta leer y ver películas de ciencia ficción. Le apasionan los avances tecnológicos y siempre está atento a las nuevas tendencias. Le gusta aprender cosas nuevas y retarse a sí mismo.
Gorden es alguien que se esfuerza por ser un buen hombre de negocios y un buen amigo. Su ética de trabajo es impecable y siempre está comprometido con hacer lo mejor en todo lo que hace para obtener los resultados que busca.
Gorden-Leith e Irene Curzon, 2da Baronesa Ravensdale, tuvieron una relación romántica en la década de 1920. Gorden-Leith era un joven oficial del ejército británico que conoció a Irene Curzon mientras ella estaba casada con un miembro del parlamento británico.
La relación tuvo lugar en el contexto de la alta sociedad británica antes de la Segunda Guerra Mundial, y estaba marcada por la polémica debido a que ambos estaban casados con otras personas. Gorden-Leith era un hombre casado con una mujer llamada Elizabeth, y Irene Curzon estaba casada con un político británico llamado Viscount Erleigh.
La relación entre Gorden-Leith e Irene Curzon fue polémica en su momento porque iba en contra de las convenciones sociales de la época. La prensa de la época hizo eco del affaire y hubo un gran interés en la relación entre los dos amantes.
A pesar de las dificultades, la relación pareció continuar y se mantuvo hasta la muerte de Irene Curzon en 1960. Gorden-Leith posteriormente se casó con una mujer llamada Denise Francis, con quien tuvo hijos.
En resumen, la relación entre Gordon-Leith e Irene Curzon fue una historia de amor romántica y tumultuosa en el contexto de la alta sociedad británica antes de la Segunda Guerra Mundial.