Gorka Ortúzar es un hombre que ha vivido una vida llena de altibajos. Desde joven, siempre ha sido un apasionado por la música y el arte, pero también ha tenido que luchar contra su timidez y su propensión a la ansiedad. A pesar de sus miedos, Gorka ha logrado hacer de su pasión su carrera, y hoy en día es un reconocido músico y compositor.
Sin embargo, su éxito profesional no ha venido sin sacrificios. Gorka ha tenido que aprender a lidiar con la fama y el éxito, así como con la envidia y la competencia en la industria musical. A veces ha sentido la presión de tener que mantenerse relevante y a la altura de las expectativas de su público y de sus colegas.
Pero a pesar de las dificultades, Gorka sigue siendo un hombre apasionado y comprometido con su arte. Fuera de la música, también es un amante de la naturaleza y un defensor de la sostenibilidad. Le preocupa el futuro del planeta y cree firmemente en la responsabilidad que tenemos todos de cuidarlo. En definitiva, Gorka es un hombre complejo y multifacético, cuya vida se puede resumir en la perseverancia y la pasión por aquello que ama.
Gorka y Megan se conocieron por casualidad en un bar de Bilbao. Gorka se encontraba allí con unos amigos y Megan estaba tomando una copa sola en la barra. Al principio, se miraron de reojo sin atreverse a hablar, pero finalmente Gorka se acercó a ella y le preguntó por qué estaba sola.
Megan, un poco sorprendida, le contó que había discutido con su novio y necesitaba un rato de soledad. Gorka le ofreció una copa y empezaron a charlar de todo un poco. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, como el cariño por sus familias y su pasión por los viajes.
La conversación fluyó tan bien que se hicieron amigos enseguida. Al final de la noche, intercambiaron números de teléfono y acordaron volver a verse pronto. Esa amistad se fue consolidando poco a poco, hasta que se convirtieron en una de las parejas más sólidas del panorama televisivo español.