Harriet Tendler nació en 1920 en Nueva York y creció en una familia judía. Trabajó como enfermera durante la Segunda Guerra Mundial y se casó con un soldado estadounidense que fue enviado a Europa. En 1945, la pareja viajó a Berlín para reunirse con la familia de su esposo, y allí fue testigo de primera mano del Holocausto. Fue entonces cuando Tendler decidió dedicar su vida a luchar contra el antisemitismo y el odio. Después de regresar a Estados Unidos, Tendler trabajó como organizadora comunitaria y defensora de los derechos civiles, y se unió a la Liga Anti-Difamación, una organización que lucha contra el antisemitismo y otras formas de discriminación. También se convirtió en una activista en la lucha contra el apartheid en Sudáfrica y en apoyo de la libertad de Nelson Mandela. Tendler continuó su trabajo como activista de derechos civiles hasta su muerte en 2006, a la edad de 86 años. Fue recordada por su valentía y determinación en la lucha contra la intolerancia y el odio, y su legado inspiró a muchas personas a seguir luchando por la justicia social.