Harry Crocker era un hombre enigmático. Solía ser el alma de la fiesta, siempre contando chistes y haciendo reír a todos, pero últimamente se había vuelto más reservado y retraído. Nadie sabía exactamente qué estaba pasando en su vida, pero había rumores de que había perdido a alguien muy importante para él.
A pesar de su tristeza, Harry seguía siendo un hombre trabajador y dedicado. Pasaba largas horas en la oficina, pero siempre encontraba tiempo para ayudar a los demás. Si alguien necesitaba un favor o un consejo, Harry estaba listo para ofrecer su ayuda.
En su tiempo libre, Harry solía escapar al campo para disfrutar de la naturaleza. Era un apasionado de la fotografía, y a menudo se le veía caminando por los senderos con su cámara en la mano, capturando imágenes impresionantes de la flora y fauna local.
A pesar de todo lo que estaba pasando en su vida, Harry seguía siendo un hombre amable y generoso. La gente sabía que podían contar con él, y él siempre estaba dispuesto a poner las necesidades de los demás por encima de las suyas propias.
Carole Landis y Harry Crocker coincidieron en la película estadounidense "A Gentleman at Heart" (1930), dirigida por J. Stuart Blackton. En la película, Landis interpreta a la joven Irene Forester, mientras que Crocker interpreta al playboy Tony Travers. La trama se centra en el romance que surge entre ambos personajes después de que Travers decida abandonar su estilo de vida frívolo para convertirse en un hombre respetable.