Harry Gordon Selfridge nació en 1858 en Ripon, Wisconsin. Siendo joven, comenzó a trabajar en la tienda de su tío en Michigan, lo que le dio experiencia en el mundo del comercio. En 1879, se trasladó a Chicago y trabajó en su famosa tienda Marshall Field & Company, donde desarrolló sus habilidades y conocimiento sobre ventas. En 1906, viajó a Londres con el objetivo de abrir su propia tienda, y en 1909, abrió las puertas de la tienda Selfridges en Oxford Street. La tienda se convirtió en un éxito instantáneo, con innovaciones que la hacían diferente a otras tiendas de la época, como la venta de productos cosméticos, la inclusión de restaurantes y la creación de ventanas que cambiaban regularmente. Harry Selfridge se convirtió en un personaje importante en la vida social de Londres y en la década de 1920, la tienda era conocida en todo el mundo por su estilo extravagante y lujoso. Sin embargo, en 1939, la Segunda Guerra Mundial obligó a la tienda a cerrar sus puertas y a Harry a regresar a Estados Unidos. Harry Gordon Selfridge falleció en 1947 en su hogar en Putney, Inglaterra. Su legado, la tienda Selfridges, sigue siendo una de las principales atracciones turísticas de Londres.