La vida de Hazel Forbes estaba llena de contrastes. Por un lado, era una mujer exitosa en su carrera como abogada. Había logrado grandes triunfos en los juzgados y era reconocida por su aguda inteligencia y elocuencia. Pero por otro lado, en su vida personal, estuvo luchando contra una depresión que la llevó a aislarse de su familia y amigos por largos períodos de tiempo. A pesar de su lucha emocional, nunca dejó de lado su pasión por los libros y la fotografía. Pasaba horas leyendo los mejores autores de literatura y buscando los lugares más pintorescos y vivos para fotografiar. Hazel también era una apasionada de la comida saludable y se aseguraba de seguir una dieta muy estricta. Había aprendido a cocinar platos deliciosos y nutritivos que compartía con sus amigos y familiares. A pesar de todos los altibajos, Hazel seguía persiguiendo sus sueños y siempre se aferraba a la vida con una gran fuerza.