Helen Lynch nació en 1898 en la ciudad de Nueva York en una familia católica irlandesa. Desde joven, mostró un gran interés por los derechos de las mujeres y los trabajadores. A los 17 años, se unió a la organización laboralista Industrial Workers of the World (IWW) y se convirtió en una activista dedicada. Durante su tiempo en el IWW, Lynch participó en huelgas, mítines y otras acciones para luchar por los derechos de los trabajadores. También se involucró en la lucha por el sufragio femenino y el antirracismo. En la década de 1920, Lynch se trasladó a Los Ángeles, donde trabajó como organizadora sindical y luchó por los derechos de los trabajadores agrícolas. En 1928, se unió al Partido Comunista de los Estados Unidos y se convirtió en una líder dentro del partido. Durante la Gran Depresión, Lynch luchó por los derechos de los desempleados y los trabajadores emigrantes. También se unió a la lucha contra el fascismo y apoyó a la República Española durante la Guerra Civil Española. A pesar de su activismo y liderazgo dentro del Partido Comunista, Lynch fue expulsada en 1952 durante la Caza de Brujas del senador Joseph McCarthy, acusada de ser una "comunista peligrosa". A partir de entonces, se retiró de la actividad política y se dedicó a su vida personal hasta su muerte en 1959.