Henrietta Keller nació en 1915 en Moonshine Hill, Virginia, Estados Unidos. Era de ascendencia afroamericana y pertenecía a una familia humilde que trabajaba como agricultores. A pesar de que no tuvo la oportunidad de recibir una educación formal, ella era una mujer inteligente y astuta que aprendió habilidades valiosas en el campo.
En 1935, Henrietta se casó con David Lacks y se mudó a Baltimore, Maryland. Allí, contrajo una enfermedad que finalmente fue diagnosticada como cáncer cervical. Desafortunadamente, Henrietta falleció en 1951 a la edad de 31 años debido a complicaciones derivadas del cáncer.
Sin embargo, su legado continúa vivo. Células de su tumor fueron recolectadas durante su tratamiento y se descubrió que tenían la capacidad de replicarse indefinidamente. Estas células, conocidas como células HeLa, fueron utilizadas en la investigación médica y ayudaron a desarrollar tratamientos para enfermedades como la polio y el cáncer.
A pesar de la importancia de sus células, Henrietta y su familia nunca recibieron ninguna compensación o reconocimiento por su contribución a la ciencia. Su historia resalta la importancia de la ética en la investigación médica y la necesidad de respetar los derechos de los pacientes.
Henrietta Keller fue una actriz y bailarina que actuó junto a Al Jolson en varias películas de Hollywood en la década de 1920. Keller y Jolson se conocieron mientras trabajaban en un espectáculo de vodevil y rápidamente se convirtieron en amigos cercanos. Jolson quedó impresionado por el talento de Keller y la contrató para actuar en sus espectáculos.
La colaboración entre Keller y Jolson se hizo especialmente famosa por la película "El cantor de jazz" (1927), en la que Jolson interpretaba a un cantante negro que triunfaba en Broadway. La película tenía muchas escenas de baile en las que Keller y Jolson actuaban juntos, y la química entre los dos era evidente en pantalla. La película fue un gran éxito y se convirtió en uno de los primeros éxitos de taquilla del Hollywood sonoro.
Después de "El cantor de jazz", Keller y Jolson siguieron trabajando juntos en varias películas más, entre ellas "Say It with Songs" (1929) y "Big Boy" (1930). Aunque su colaboración terminó en la década de 1930, la amistad entre Keller y Jolson duró toda la vida. Cuando Jolson murió en 1950, Keller fue una de las pocas personas que habló en su funeral.