Henry VIII nació en 1491 en Inglaterra, siendo hijo de Enrique VII y de Elizabeth de York. Se convirtió en rey en 1509 tras la muerte de su padre. Durante su reinado, se distinguió por su lucha contra los católicos y su deseo de mantener el poder de la corona en Inglaterra. Fue conocido por sus seis matrimonios y su intento de tener un heredero varón. También fue famoso por su separación de la Iglesia católica y la creación de la Iglesia anglicana, una decisión que lo llevó a perseguir a los católicos y a monjes y monjas. Su personalidad egocéntrica y su mala salud también marcaron su reinado, que terminó con su muerte en 1547. Aunque su legado es controvertido, su reinado se considera un período crucial en la historia de Inglaterra y el mundo occidental.