Herbert Howe es un hombre enigmático, que ha dedicado gran parte de su vida a viajar. Ha recorrido los cinco continentes y tiene historias que contar de cada uno de ellos. Su pasión por conocer el mundo y descubrir nuevas culturas lo ha llevado a aventuras insólitas, como escalar el Everest o cruzar el Sahara en camellos.
Pero a pesar de su vida nómada, Howe no ha perdido el amor por su hogar. Cada vez que regresa a su ciudad natal, dedica tiempo voluntario a ayudar en la comunidad. Es un gran defensor de la educación, y ha contribuido con varios proyectos para mejorarla en su ciudad y en otros lugares del mundo.
A pesar de su apariencia tranquila, Herbert es un individuo muy inteligente y astuto. Tiene una gran capacidad para resolver problemas, lo que lo ha llevado a ser un líder en su negocio de consultoría empresarial. Sus servicios son altamente solicitados por empresas de todo el mundo, quienes valoran su conocimiento y experiencia para solucionar conflictos y mejorar su desempeño.
En resumen, la vida de Herbert Howe es una mezcla de aventuras, servicio a la comunidad y éxito empresarial.
Herbert Howe fue uno de los primeros productores de cine en Hollywood, mientras que Ramón Novarro fue uno de los actores más destacados de su época. Ambos trabajaron juntos en varias películas desde los años 20 hasta los 30 del siglo XX.
Se dice que Howe descubrió a Novarro en 1917, mientras trabajaba en una tienda de departamentos en Los Ángeles. Lo contrató como extra para una película en la que estaba trabajando y luego le consiguió un papel principal en la película "The Four Horsemen of the Apocalypse" (1921).
Desde entonces, Novarro se convirtió en uno de los actores más populares de Hollywood, protagonizando varias películas exitosas producidas por Howe, como "Ben-Hur" (1925) y "The Student Prince in Old Heidelberg" (1927).
Sin embargo, la relación entre Howe y Novarro no siempre fue armoniosa. En la década de 1930, hubo rumores de que Howe estaba explotando a Novarro financieramente y que había hecho varias inversiones arriesgadas con su dinero. En 1935, Novarro demandó a Howe por incumplimiento de contrato y fraude, pero el caso fue desestimado.
A pesar de estos problemas, la colaboración entre Howe y Novarro produjo algunas de las películas más icónicas de la época dorada de Hollywood y su asociación sigue siendo recordada como una de las más importantes de la historia del cine.