Horst Kettner es un hombre de negocios exitoso que ha pasado la mayor parte de su vida trabajando en el extranjero. Ha recorrido todos los continentes y ha abierto negocios en varios países de Asia y América Latina. Debido a su trabajo, ha aprendido a adaptarse a culturas diferentes y a comunicarse en varios idiomas.
A pesar de su dedicación al trabajo, Horst también es un gran aficionado a la música y toca la guitarra en su tiempo libre. Además, le encanta viajar y explorar lugares exóticos, como la selva amazónica y los templos de Angkor Wat.
Horst se describe a sí mismo como un individuo independiente y decidido, que no se rinde fácilmente ante los desafíos. Es también un gran defensor del medio ambiente y ha sido voluntario en varias iniciativas de conservación en todo el mundo.
Ahora, vive en España con su esposa y sus dos hijos adolescentes, y ha decidido establecer su negocio en el país. Disfruta de la vida en su casa en la costa, donde puede pasear por la playa y practicar deportes acuáticos. Aunque su trabajo sigue siendo su mayor pasión, ha aprendido a encontrar un equilibro entre la vida laboral y familiar.
Horst Kettner y Leni Riefenstahl tuvieron una relación muy estrecha en el mundo del cine alemán de la época nazi. Kettner era un cineasta y guionista, mientras que Riefenstahl era actriz, directora y fotógrafa.
La relación entre ambos fue muy importante en la carrera de Riefenstahl, ya que Kettner fue uno de los primeros en contratarla para sus películas. También le dio su primer papel importante en "Tiefland", una película que ella dirigió y que se estrenó en 1954, después de la Segunda Guerra Mundial.
Además, Kettner fue una figura clave en la carrera de Riefenstahl como directora, y la ayudó a conseguir financiamiento para algunas de sus obras más importantes, como "El Triunfo de la Voluntad" y "Olympia". Ambas películas glorificaban el régimen nazi y fueron utilizadas como propaganda durante la época.
A pesar de que su relación fue importante en su carrera, ambos tuvieron diferencias creativas y personales. Después de la Segunda Guerra Mundial, Riefenstahl intentó desvincularse de su imagen como cineasta nazi, y mantuvo una distancia de Kettner y otros colaboradores de esa época.