Howard Lang era un apasionado de la fotografía desde muy joven. A pesar de no haber estudiado formalmente, había logrado desarrollar su talento en el área y se dedicaba a tomar fotos en su tiempo libre. Sin embargo, su trabajo en una oficina de contabilidad le dejaba poco tiempo para dedicarse a su pasión. Un día, durante sus vacaciones, decidió inscribirse en un taller de fotografía en el extranjero. Allí pudo conocer a otros fotógrafos y aprender nuevas técnicas que le permitieron perfeccionar aún más su trabajo. De regreso a casa, decidió dar el salto y dedicarse por completo a la fotografía. Comenzó a ofrecer sus servicios como fotógrafo freelance y pronto empezó a tener éxito. Sus fotos eran muy populares y comenzó a tener clientes cada vez más prestigiosos. Actualmente, Howard se dedica a viajar por el mundo tomando fotos para revistas y empresas. Aunque no es una vida fácil, está convencido de que ha tomado la decisión correcta al seguir su pasión.