Howard Tuckner

Howard Tuckner parecía tener todo: una gran carrera en la empresa de su familia, una lujosa casa en las afueras de la ciudad y una esposa hermosa y elegante. Pero por dentro, sentía un vacío que no podía llenar. Decidió tomar un año sabático y viajar por el mundo, buscando algo que lo inspirara.

Durante su viaje, Howard se encontró con muchos desafíos. Aprendió a surfear en Hawaii, a cocinar en Tailandia y a meditar en la India. También se enfrentó a situaciones difíciles, como perder su equipaje y ser víctima de un robo.

Pero a medida que se adentraba en diferentes culturas y experiencias, se dio cuenta de que lo que había estado buscando estaba allí todo el tiempo: la conexión humana. No se trataba de dinero, estatus o posesiones, sino de la gente que conocía en su camino y las historias que compartían.

Howard regresó a casa con una nueva perspectiva de la vida, renunciando a su trabajo en la empresa familiar para comenzar su propio negocio de viajes. Decidió dedicar su vida a ayudar a otros a encontrar la misma conexión que él había encontrado en su viaje, y se convirtió en un defensor apasionado de la importancia de la empatía y la compasión.