Ida Rubinstein fue una bailarina, actriz y mecenas rusa, nacida en San Petersburgo en 1885. Fue conocida por sus actuaciones en ballets y obras de teatro en Europa y en América del Norte.
Comenzó su carrera artística en la escuela de ballet de San Petersburgo, donde fue entrenada por los maestros más destacados de su época. En 1909, se unió a la compañía de ballet de los Ballets Russes de Sergei Diaghilev, en la que pronto se convirtió en una de las principales bailarinas. Fue famosa por sus interpretaciones de Salomé de Richard Strauss y de La muerte del cisne de Camille Saint-Saëns.
Además de su carrera en el ballet, Rubinstein también se dedicó al teatro y al cine. En 1911, interpretó el papel de Isabel en el drama The Tempest de William Shakespeare, que fue un gran éxito. También actuó en varias películas francesas durante la década de 1920.
Después de retirarse de la actuación, Rubinstein se convirtió en una mecenas de las artes y apoyó a muchos artistas y escritores. También fundó una escuela de danza en París y fue una entusiasta defensora de la música y la literatura.
Rubinstein murió en 1960 en su casa en Vence, Francia. A pesar de ser una de las bailarinas más famosas de su tiempo, su legado como mecenas de las artes y su compromiso con la cultura y el arte continúa inspirando a los artistas y amantes del arte de todo el mundo.
Ida Rubinstein y Walter Guinness, 1st Baron Moyne, tuvieron una relación personal y profesional durante la década de 1920. Ida era una bailarina y actriz francesa-judía que alcanzó gran fama en el mundo del ballet y el teatro. Walter Guinness era un político británico y empresario que, en ese momento, se estaba iniciando en la política.
Ida y Walter se conocieron en 1922, en una fiesta organizada por la realeza británica. Se dice que Walter quedó cautivado por la belleza, el talento y la personalidad excéntrica de Ida, y comenzaron una relación que duraría varios años.
En el ámbito profesional, Ida y Walter colaboraron en una serie de producciones teatrales y de danza. Ida fue la coreógrafa y estrella de varios espectáculos, mientras que Walter contribuyó financieramente a los mismos. Además, los dos compartían un interés en la cultura y las artes, y solían asistir a eventos culturales juntos.
Sin embargo, la relación entre Ida y Walter no estuvo libre de controversias. Walter estaba casado y tenía hijos, lo que generaba cierta incomodidad en su entorno. Además, en 1926, Ida fue acusada de un delito sexual, aunque las acusaciones fueron finalmente desestimadas.
Finalmente, la relación entre Ida y Walter terminó en 1934. Walter se separó de su esposa y se mudó a Medio Oriente, donde jugó un papel importante en la administración británica de Palestina. Ida continuó su carrera en el teatro y la danza, pero nunca volvió a tener una relación tan cercana con alguien como la que tuvo con Walter.
Ida Rubinstein y Romaine Brooks fueron dos importantes artistas y personalidades de la época de la Belle Époque en Francia. Ambas se destacaron por su contribución al mundo de la danza y la pintura, respectivamente, y mantuvieron una relación sentimental y artística durante varios años.
Ida Rubinstein, nacida en 1885 en San Petersburgo, Rusia, fue una bailarina, actriz y mecenas de las artes. Desde joven destacó por su talento y belleza física, lo que le permitió convertirse en una de las estrellas más importantes de la Ópera de París. Además de ser una bailarina excepcional, Rubinstein también se interesó por la producción teatral y la dirección artística de espectáculos.
Por su parte, Romaine Brooks nació en 1874 en Roma, Italia, y se destacó como una importante pintora que retrató a muchos personajes del mundo artístico y cultural de su época. Brooks fue parte de un grupo de artistas e intelectuales que se reunían en el salón de la escritora y activista estadounidense Natalie Clifford Barney.
Fue en este ambiente que Ida Rubinstein y Romaine Brooks se conocieron y comenzaron una relación sentimental y artística. La relación entre ambas mujeres fue muy intensa y tuvo un gran impacto en sus respectivas carreras. Brooks pintó varios retratos de Rubinstein, incluyendo uno que se encuentra en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York, y también diseñó los escenarios y vestuarios para algunas de las producciones teatrales en las que Rubinstein participó.
Sin embargo, la relación entre Ida Rubinstein y Romaine Brooks no estuvo exenta de conflictos y altibajos. La diferencia de edades, la personalidad difícil de Rubinstein y la presión social de la época dificultaron su relación. Finalmente, en 1923, la pareja se separó después de varios años juntas.
A pesar de su ruptura, Ida Rubinstein y Romaine Brooks tuvieron un impacto significativo en la cultura francesa de la Belle Époque y fueron pioneras en la visibilidad y aceptación de las relaciones románticas entre mujeres. Sus legados artísticos siguen siendo valorados y reconocidos en la actualidad.