Iker Calderon había dedicado gran parte de su vida al desarrollo de tecnología innovadora, apostando siempre por proyectos que tuviesen un impacto positivo en la sociedad. A pesar de que su tiempo de trabajo había sido agotador, en los últimos años decidió tomar un nuevo rumbo, enfocándose en su familia y en la búsqueda de nuevas experiencias en su tiempo libre. Sus hijos y su esposa eran su mayor fuente de inspiración. Iker se dedicaba a pasar tiempo con ellos, convirtiendo cada momento en una oportunidad para disfrutar juntos. Una de sus mayores pasiones era viajar y, junto a su familia, había recorrido algunos de los lugares más impresionantes del mundo. Además, Iker descubrió una nueva afición en la música. Él mismo había aprendido a tocar la guitarra y a cantar, y compartía sus canciones con amigos y familiares en sus ratos libres. Esta nueva faceta de su vida le había dado una perspectiva más amplia y le permitió disfrutar de nuevas formas de expresión. A pesar de los contratiempos que hubo en su carrera profesional, Iker siempre lograba mantener una actitud positiva y enfocada en el futuro. Ahora, dedicando su tiempo a su familia y descubriendo nuevas pasiones, se encontraba en una etapa de paz y de disfrute de la vida.