Iris Björk Jóhannesdóttir es una mujer dedicada y apasionada por la naturaleza. Desde pequeña, ha sentido una conexión profunda con los animales y las plantas, lo que la llevó a estudiar biología marina en la universidad. Después de graduarse, trabajó en varios proyectos de conservación marina y se enamoró de la vida en el mar y en las islas remotas.
A medida que creció, Iris desarrolló un interés en la jardinería y comenzó a cultivar su propio huerto orgánico. Ahora, dedica gran parte de su tiempo libre a cuidar de sus plantas y enseñar a otros sobre la importancia de la agricultura sostenible.
Además de su amor por la naturaleza, Iris es una apasionada de la literatura y la música. Siempre tiene un libro en su bolsa y asiste regularmente a conciertos y festivales de música.
En su tiempo libre, Iris también se dedica a hacer voluntariado en su comunidad y en organizaciones benéficas para ayudar a personas y animales necesitados. Nunca se siente más viva que cuando está haciendo algo por los demás.
Iris es una persona optimista y amable que inspira a otros con su pasión y dedicación a sus intereses y a su comunidad.
Chris Pine y Iris Bjork Johannesdottir se conocieron en un bar de Reykjavik, Islandia. Chris estaba de visita en la ciudad y decidió ir a tomar algo después de su sesión de fotos. Mientras estaba sentado en la barra, vio a Iris entrar y no pudo apartar la mirada. Iris notó que un hombre guapo la observaba y decidió acercarse. Comenzaron a hablar y Chris se enteró de que Iris estaba estudiando para convertirse en guía turística. Chris se sintió atraído por la personalidad vivaz de Iris y su pasión por mostrar a la gente los tesoros ocultos de Islandia. Los dos hablaron durante horas y, cuando se dio cuenta de lo tarde que era, Chris invitó a Iris a su hotel para tomar una copa más. Desde aquel día, se convirtieron en inseparables y disfrutan explorando el mundo juntos.
Un día, mientras caminaban por el mismo sendero, Auethunn-Blondal e Iris-Bjork-Johannesdottir se cruzaron en el camino. Se quedaron mirando el uno al otro durante unos segundos, pero luego continuaron caminando en direcciones opuestas. Sin embargo, a medida que continuaban caminando, no pudieron evitar seguir pensando el uno en el otro.
Después de unos días, se volvieron a encontrar en una cafetería local. Ambos estaban disfrutando de una taza de café y comentaron sobre cómo era extraño que hubieran pasado tanto tiempo caminando el mismo sendero sin encontrarse antes. Hablaron mucho sobre sus vidas, sus intereses y sus anhelos.
Con el tiempo, comenzaron a salir y eventualmente se casaron. Ahora, son inseparables y siempre agradecen el día en que se cruzaron en aquel sendero y comenzaron su increíble viaje juntos.