Jack Devlin había pasado gran parte de su vida siendo un aventurero, constantemente explorando los rincones más recónditos del mundo. Siempre había sido un alma libre, sin apego a ninguna ciudad, país o pareja. Pero a medida que pasaban los años, comenzó a sentir un deseo creciente de sentar cabeza. Fue entonces cuando conoció a María, una expatriada española que trabajaba en una pequeña cafetería en Londres. Jack se enamoró perdidamente de ella y decidió establecerse en la ciudad para estar cerca de ella. Empezó a trabajar como guía turístico en la ciudad, llevando a los visitantes a los lugares más emblemáticos de Londres. Pero aún así, Jack no había perdido su espíritu aventurero. Al menos una vez al año, tomaba un viaje fuera del país para explorar un nuevo destino. Sus amigos lo llamaban "el hombre moderno de Marco Polo". Actualmente, Jack sigue viviendo en Londres con María y su hijo, pero todavía se encuentra enérgico y entusiasmado por nuevos destinos y aventuras. En resumen, la vida de Jack Devlin ha sido una mezcla de aventura, amor y establecimiento de raíces.