Jack Fontan era un hombre de negocios exitoso, que gozaba de una vida llena de lujos y comodidades. Siempre había sido muy ambicioso y había trabajado muy duro para llegar a donde estaba. Era un gran amante del buen vino y la buena comida, y disfrutaba mucho de los viajes alrededor del mundo que realizaba junto a su esposa. Sin embargo, a medida que pasaban los años, comenzó a darse cuenta de que algo faltaba en su vida. A pesar de tener todo lo que había deseado, se sentía vacío y solo. Fue entonces cuando decidió involucrarse en obras benéficas y empezó a dedicar parte de su tiempo y dinero a ayudar a los demás. Descubrió que dar a los demás era la clave para encontrar la felicidad y la satisfacción que había estado anhelando. Desde entonces, ha seguido involucrado en diversas causas sociales y se siente muy agradecido por la oportunidad de dar lo mejor de sí mismo.