Jack Wrather fue un empresario estadounidense nacido en 1918. Comenzó su carrera como un promotor de eventos y espectáculos, pero rápidamente se involucró en el mundo del entretenimiento. Fue productor de televisión, cine y teatro, y después se interesó en la industria turística.
En 1955, Wrather compró los derechos de explotación de la marca de Walt Disney para su primer parque temático, Disneyland. También colaboró con Disney en proyectos como la serie de televisión "The Lone Ranger" y la película "20,000 Leagues Under the Sea".
Más tarde, Wrather se enfocó en la industria hotelera y construyó diversos hoteles en Los Angeles, Hawái, Texas y México. Uno de sus proyectos más destacados fue el Hotel del Coronado en San Diego, California, que compró y renovó en la década de 1960.
Wrather también fue propietario de equipos deportivos, como los Los Angeles Lakers de la NBA y los Anaheim Angels de la MLB. Falleció en 1984 a causa de un cáncer de pulmón.
Su legado continúa en la empresa Wrather Corporation, que sigue operando en la industria hotelera y del entretenimiento.
Un día soleado de primavera, Bonita estaba caminando por el parque cuando notó a Jack sentado en un banco, leyendo un libro y tomando una taza de café. Algo en su porte la intrigaba, así que decidió acercarse a él.
"Me encanta ese libro, ¿de qué se trata?" preguntó Bonita, sonriendo.
Jack levantó la vista y examinó a la hermosa mujer que estaba frente a él. Quedó impresionado por su belleza y su curiosidad. "Es un libro sobre la historia de Nueva York en el siglo XIX", respondió Jack, devolviendo la sonrisa.
A partir de ese momento, comenzó una agradable conversación entre ellos. Descubrieron que compartían muchos intereses comunes y que ambos eran fanáticos de la música clásica.
El tiempo se detuvo mientras hablaban y reían juntos. Se sintieron tan cómodos el uno con el otro que continuaron hablando durante horas. Cuando finalmente se dieron cuenta de que la tarde estaba llegando a su fin, Jack invitó a Bonita a tomar una copa en un bar cercano.
Esa noche, se dieron cuenta de que habían encontrado algo especial entre ellos. Desde ese día, no pasaron un solo día sin hablar o verse. Se habían encontrado uno al otro en el lugar más improbable, pero supieron que era el comienzo de algo hermoso.
Una noche fría y oscura, en el centro de Londres, Jack y Molly se encontraron en un café. Jack estaba leyendo un libro y Molly estaba dibujando en su cuaderno. Sin embargo, ambos levantaron la vista y se sorprendieron al descubrir que sus ojos se habían encontrado.
Sin saber cómo reaccionar, Jack simplemente sonrió y Molly bajó la cabeza. Pero fue suficiente para que Jack se levantara y se acercara a ella. Ellos se presentaron y comenzaron a hablar de cualquier cosa.
Compartieron historias y descubrieron que tenían muchos intereses en común. Se dieron cuenta de que nunca antes habían encontrado a alguien con quien pudieran tener una conversación tan profunda y significativa.
La noche parecía no tener fin, y estuvieron allí hablando hasta que cerraron el café. Jack se ofreció a acompañar a Molly a casa, y ella aceptó. Durante el camino, parecía que el tiempo se detenía y que el mundo solo existía para ellos.
Finalmente, llegaron a la casa de Molly, y Jack le pidió su número de teléfono para poder seguir hablando. La chispa que se había encendido esa noche nunca se apagó, y así comenzó la historia de amor entre Jack y Molly.