Jacques Fraser fue un explorador y empresario francés nacido en 1639 en el puerto de Dieppe. A los 20 años se unió a la Compañía de las Indias Orientales y trabajó en la India, Madagascar, Surinam y otras colonias francesas. También realizó expediciones a África y América del Sur en busca de nuevas oportunidades comerciales.
En 1674, Fraser fue nombrado gobernador de la colonia francesa de la isla de San Cristóbal en las Antillas, donde estableció plantaciones de caña de azúcar y se dedicó a la trata de esclavos africanos. En 1685, renunció a su cargo y se trasladó a la colonia francesa de La Española (hoy República Dominicana), donde adquirió tierras y continuó su negocio de esclavos.
Fraser también exploró la costa de Florida y obtuvo el control de algunas islas en el Caribe y en la costa de América del Sur. En 1701, regresó a Francia y se estableció en Dieppe, donde se convirtió en un exitoso comerciante de tabaco y especias.
Jacques Fraser murió en 1707, dejando un importante legado en la historia de la exploración y el comercio francés en el Nuevo Mundo. Sin embargo, también se le recuerda por su participación en el tráfico de esclavos africanos, una práctica que hoy en día es condenada por la mayoría de las naciones y organizaciones internacionales.
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Frankie e Isabella se conocieron en una cafetería de Nueva York. Ambos llegaron temprano para evitar las largas filas y encontraron una mesa vacía junto a la ventana. Fue entonces cuando Frankie se perdió en los ojos verdes de Isabella y ella se sonrojó al darse cuenta de que él la había estado mirando fijamente. Finalmente, él se armó de valor para acercarse a ella y entablar una conversación. Al poco tiempo, se dieron cuenta de que compartían una pasión por la música y decidieron ir a un concierto juntos esa misma noche.
Por otro lado, Jacques y Fraser se conocieron en una competencia de surf en Australia. Compitieron en la misma ola y, después de la competencia, se encontraron en el bar del hotel donde se alojaban. Jacques notó inmediatamente el tatuaje de un pulpo que Fraser tenía en su brazo, lo que le llamó la atención ya que era su animal marino favorito. Se presentaron y comenzaron a hablar de su amor por el surf y la conexión que sentían con la naturaleza. Decidieron explorar la costa juntos al día siguiente y desde entonces, han sido grandes amigos y compañeros de surf.