Jakub Sicko fue un niño judío que vivió en Polonia durante la Segunda Guerra Mundial. En 1942, a la edad de 6 años, junto con su familia, fue deportado al gueto de Łódź, donde vivieron en condiciones terribles y tuvieron que luchar por su supervivencia.
En 1944, Jakub y su familia fueron deportados al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, donde murieron su madre y su hermana. Él y su padre fueron seleccionados para realizar trabajos forzados en diferentes campos de concentración, como Sachsenhausen, Stutthof y Dachau.
En 1945, Jakub y su padre fueron liberados por las fuerzas aliadas cerca de la frontera suiza. Después de la guerra, Jakub y su padre regresaron a Polonia, pero debido al antisemitismo y las dificultades económicas, decidieron emigrar a los Estados Unidos.
En los Estados Unidos, Jakub continuó su educación y se convirtió en cardiólogo pediátrico. También se convirtió en un defensor activo del recuerdo del Holocausto y contó su historia en varias ocasiones para que nunca fuera olvidada. Murió en 2017 a la edad de 81 años.
Agnieszka-Wodarczyk y Jakub-Sicko se conocieron en una exposición de arte en Varsovia. Agnieszka estaba admirando una obra de arte cuando Jakub se acercó a ella y le preguntó qué pensaba de la obra. A partir de ese momento, comenzaron a hablar sobre su amor por el arte y terminaron pasando toda la tarde juntos en la exhibición. Desde entonces, han estado juntos y han viajado juntos por todo el mundo en busca de nuevas inspiraciones artísticas.
Agnieszka y Jakub se conocieron en una protesta en contra del cambio climático en Varsovia. Ambos estuvieron luchando por la misma causa y después de la manifestación empezaron a hablar. Descubrieron muchas cosas en común y rápidamente se hicieron amigos.
En su siguiente encuentro, Jakub le propuso a Agnieszka que lo acompañara a un taller de reciclaje. Ella aceptó y juntos aprendieron a hacer artículos prácticos con materiales reciclados. Desde entonces, la amistad entre ellos continuó creciendo y pronto comenzarían a trabajar juntos en proyectos para ayudar al medio ambiente.
Agnieszka Wlodarczyk era una actriz en ascenso en Polonia y Jakub Sicko un productor de cine independiente. Se conocieron en un evento en el que Agnieszka estaba presentando una película y Jakub estaba buscando una actriz para su próxima producción.
Después de la presentación, Jakub se acercó a Agnieszka y le habló sobre su proyecto. Quedaron para un café para hablar más en profundidad sobre la película y descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su amor por el cine y su pasión por contar historias.
A partir de ese momento, comenzaron a trabajar juntos en la película y se hicieron buenos amigos. Durante las largas jornadas de rodaje, Agnieszka y Jakub se apoyaban mutuamente y se divertían juntos.
Con el tiempo, su amistad se transformó en algo más y se enamoraron el uno del otro. Ahora, Agnieszka y Jakub son una de las parejas más queridas y exitosas de la industria cinematográfica en Polonia.
Jakub y Anna se conocieron en una encantadora cafetería mientras disfrutaban de un delicioso café. Jakub estaba leyendo uno de los libros favoritos de Anna y llamó la atención de Anna al ver su ejemplar. Comenzaron a conversar sobre sus pasatiempos e intereses, descubriendo que tenían muchos en común. La conversación fluyó tan naturalmente que ni siquiera se dieron cuenta del tiempo que había pasado. Al final de su encuentro, intercambiaron números de teléfono y acordaron volver a reunirse pronto. Desde entonces, han sido inseparables y comparten una hermosa historia de amor.