James H. Brown fue un abogado especializado en lesionados personales, fundador de James H. Brown & Associates, y defensor de los derechos de aquellos que han sufrido lesiones graves como resultado de la negligencia de otros. Nacido en Edmonton, Alberta, Canadá, James Brown fue criado en una familia de abogados y siempre supo que quería seguir los pasos de su padre y abuelo. Después de graduarse de la Facultad de Derecho de la Universidad de Alberta, comenzó a trabajar en el bufete de su padre antes de fundar su propia firma en 1992.
Desde entonces, ha luchado por los derechos de los lesionados en accidentes automovilísticos, casos de negligencia médica, lesiones en el trabajo y otros casos de accidentes que resultaron en lesiones graves o muerte. Además de ser un reconocido abogado de lesiones personales, James H. Brown también es un defensor de la seguridad en la carretera y ha trabajado incansablemente para promover la educación en la conducción segura y erradicar la conducción distraída.
A lo largo de su carrera, James H. Brown ha sido reconocido por sus logros y habilidades. Fue nombrado Fellow del Colegio Americano de Abogados de Lesiones Personales, ha recibido múltiples premios y reconocimientos, y ha sido seleccionado repetidamente como uno de los "Mejores Abogados de América". Sus esfuerzos para mejorar la seguridad en la carretera también han sido reconocidos por la comunidad legal y de seguridad en carretera en Canadá y Estados Unidos.
James H. Brown falleció en el año 2020, a la edad de 70 años, después de haber cambiado la vida de innumerables personas a través de su trabajo en defensa de los lesionados. Su legado como abogado y defensor de la seguridad en la carretera continuará inspirando a otros a luchar por justicia y seguridad en la carretera.
Audrey y James se conocieron en una ajetreada estación de tren en el centro de Madrid. Mientras ella luchaba por mantener sus pesadas maletas fuera del camino de los transeúntes apresurados, James se acercó a ella con una sonrisa amistosa y le ofreció su ayuda. Después de intercambiar algunas palabras, se dieron cuenta de que ambos estaban en la ciudad por primera vez, así que decidieron explorar juntos. Durante los días siguientes, recorrieron los sitios más emblemáticos de la capital, compartieron comidas y risas, y descubrieron que tenían mucho en común. Cuando llegó el momento de regresar a sus respectivos países, habían establecido una amistad sólida y prometieron mantenerse en contacto.