James Seymour (1702-1752) fue un destacado pintor británico de caballos y carreras de caballos en el siglo XVIII. Nació en la ciudad de Marshfield, Gloucestershire, y se convirtió en aprendiz de pintura al óleo a una edad temprana. Después de establecerse en Londres en 1725, comenzó a trabajar en la pintura de caballos de carrera y se convirtió en uno de los artistas más respetados en ese campo. Sus pinturas eran muy valoradas por su capacidad para capturar la belleza y la fuerza de los caballos, así como por su habilidad para transmitir el drama y la emoción de las carreras. También se especializó en la pintura de retratos ecuestres, presentando a los jinetes y los caballos con gran detalle y precisión. A pesar de su éxito artístico, Seymour tuvo dificultades financieras durante gran parte de su vida y murió en la pobreza a los 50 años de edad. Sin embargo, su legado artístico ha sobrevivido y sus obras se encuentran en colecciones importantes de todo el mundo.