Jan Buckingham siempre ha sido una mujer decidida y luchadora. Desde joven, supo que quería ser una artista reconocida y no escatimó esfuerzos para lograrlo. Aunque sus inicios fueron difíciles, poco a poco fue abriéndose camino en el mundo de la música y consiguió su primer éxito con una canción que ella misma escribió. Desde entonces, ha compuesto temas para varios artistas reconocidos y ha ganado varios premios por sus composiciones. Sin embargo, Jan no se conforma con lo que ha logrado hasta ahora y sigue trabajando arduamente para seguir destacando en la industria musical. Además de su carrera, también ha sido una activa defensora de los derechos de las mujeres en la música y ha apoyado a las nuevas generaciones de artistas que buscan hacerse un espacio en este mundo tan competitivo. La dedicación y el compromiso de Jan con su carrera y con la música son una muestra de su gran talento y de su perseverancia incansable.
Jan-Buckingham y James-R-Moiso se conocieron en una feria de arte en Nueva York. Ambos estaban admirando la misma escultura y empezaron a conversar sobre la técnica utilizada por el artista. Después de un rato, se dieron cuenta de que compartían una pasión por el arte y la creatividad. Intercambiaron tarjetas de contacto y mantuvieron el contacto durante varios años. Un día, Jan invitó a James a visitar su estudio y mostró su última pieza de arte, que estaba inspirada en una experiencia personal. James quedó impresionado por la profundidad emocional del trabajo de Jan y sugirió que trabajaran juntos en un proyecto de arte colaborativo. Así comenzó una larga amistad y una fructífera colaboración que ha llevado a la creación de obras de arte de gran belleza y significado.
Jan y Tom se conocieron en un pequeño café en el centro de la ciudad. Fue un día lluvioso y ambos buscaban refugio en el mismo lugar. Al no haber mesas disponibles, tuvieron que compartir una y, por casualidad, terminaron sentados uno al lado del otro.
Jan, que estaba absorta en su libro, no se dio cuenta de la presencia de Tom hasta que este soltó una pequeña risa al ver el pasaje que estaba leyendo. Ella levantó la mirada y, al ver que era un hombre guapo y simpático, no pudo evitar sonreír.
Después de conversar un rato sobre el libro que estaba leyendo Jan, descubrieron que compartían varios gustos y aficiones. La conversación fluyó fácilmente y ambos pasaron varias horas charlando y riendo juntos.
Al final, intercambiaron números de teléfono y acordaron volver a encontrarse pronto. Fue el inicio de una gran amistad y, posteriormente, de una hermosa relación amorosa que ha durado ya varios años.
Un día soleado en la ciudad, el príncipe Shiv y Jan Buckingham se encontraron frente a frente en una tienda de libros usados. Ambos alcanzaron el mismo libro al mismo tiempo y se tocaron las manos. Sus ojos se encontraron y sintieron una corriente eléctrica entre ellos. Comenzaron a conversar y descubrieron que compartían intereses y pasatiempos. Intercambiaron números telefónicos y acordaron reunirse para tomar un café. Desde ese momento, se hicieron inseparables y unieron sus mundos de diferentes culturas. El príncipe Shiv le presentó a Jan la majestuosidad de su cultura india y Jan introdujo a Shiv a la excentricidad de la cultura británica. Juntos, descubrieron el amor y la belleza en la diversidad cultural. Ahora, viviendo felizmente juntos, continúan explorando y aprendiendo entre ellos y enriqueciéndose en el proceso.