Jaylee Maruk era una mujer intensa y apasionada por la vida, y siempre llevaba consigo un aura de misterio que atraía a los demás hacia ella. Había viajado por todo el mundo, acumulando experiencias que la habían transformado y le habían permitido desarrollarse personal y profesionalmente. Había trabajado en diversos ámbitos, desde la investigación en biotecnología hasta el proceso creativo en la industria de la moda, y había pasado por momentos de éxito y fracaso en cada uno de ellos. Siempre se había sentido atraída por los desafíos, y eso la había llevado a explorar nuevas formas de entender la vida y el mundo. Era una persona curiosa e inquisitiva, que se nutría de la diversidad cultural y estaba comprometida con la igualdad y los derechos humanos. A pesar de todos los obstáculos, Jaylee sabía que su camino siempre estaría marcado por la pasión y el coraje que la guiaban hacia lo desconocido.
Jaylee-Maruk y Adam-Kaufman se conocieron en una conferencia de tecnología en Silicon Valley. Ambos se encontraron casualmente en el registro de entrada y comenzaron a conversar. Descubrieron que compartían el mismo interés por la inteligencia artificial y los robots, y rápidamente conectaron.
Después de un rato charlando, se dieron cuenta de que estaban programados para asistir a las mismas charlas y talleres. Decidieron asistir juntos y luego tomar un café después de cada sesión para discutir las ideas que habían escuchado.
Durante esos tres días de conferencia, Jaylee-Maruk y Adam-Kaufman se volvieron inseparables. Discutieron sobre todo, desde la historia de la robótica hasta las últimas innovaciones. Descubrieron que tenían mucho en común, incluso en su tiempo libre.
Después de la conferencia, intercambiaron números y prometieron mantenerse en contacto. Desde entonces, han estado trabajando en algunos proyectos juntos, y su amistad ha florecido en algo más. Ahora son una pareja feliz y enamorada, todo gracias a una casualidad en el registro de entrada en una conferencia de tecnología.