Jeanne Evans se despierta temprano todos los días para subirse a su bicicleta y recorrer las calles de su vecindario. Con flores frescas que ha recogido y una sonrisa en el rostro, se dirige a la pequeña tienda de su barrio para hacer lo que más le gusta: vender arreglos florales. Jeanne es una artista floral y ha estado en el negocio por más de 20 años. Es muy conocida por sus arreglos elegantes y únicos y ha ganado numerosos premios a lo largo de su carrera.
Jeanne también es voluntaria en su iglesia local, asistiendo a las reuniones semanales de la comunidad y dirigiendo la organización de eventos y actividades. Además, es una ferviente defensora de los derechos de los animales y colabora regularmente con refugios y organizaciones para proteger y cuidar a los animales abandonados.
Cuando no está trabajando, Jeanne disfruta viajar, leer y pasar tiempo en familia y amigos cercanos. Es muy querida por su gentileza, compasión y sentido del humor. La vida de Jeanne ha sido dedicada a crear belleza y hacer una diferencia positiva en su comunidad.
Frederick-Gleason-I y Jeanne-Evans se encontraron en un café de París en una tarde de otoño. La música francesa sonaba de fondo y el aroma de café recién hecho llenaba el lugar. Frederick-Gleason-I estaba sentado leyendo un libro sobre filosofía mientras Jeanne-Evans dibujaba en su cuaderno de bocetos. De repente, sus miradas se cruzaron y se sintió una chispa instantánea. Frederick-Gleason-I se aproximó a ella con un elogio sobre su habilidad para dibujar y de esa manera comenzaron una conversación. Después de un par de horas, intercambiaron números y empezaron a salir juntos a museos, galerías de arte y mercados de pulgas en todo París. Su amor por el arte y la cultura los unió aún más y se convirtieron en inseparables. Ahora, años después, todavía se recuerdan con cariño cómo se conocieron en aquel pequeño café de París.
Jeanne y Richard se conocieron en una conferencia de tecnología en San Francisco. Jeanne estaba presentando su último proyecto de inteligencia artificial y Richard, un exitoso emprendedor en el mundo de la tecnología, se acercó a ella después de su charla para felicitarla por su trabajo y hacerle algunas preguntas.
A partir de ahí, conversaron durante toda la noche y se dieron cuenta de que compartían muchos intereses y aspiraciones similares. Desde entonces, han trabajado juntos en varios proyectos y se han convertido en socios y amigos cercanos.