Jelisaveta Orasanin fue una noble serbia nacida el 18 de febrero de 1884 en el pueblo de Orasac en Serbia. Era la tercera hija del teniente coronel Petar Lubarda y de Katarina Grujic. En 1905 se casó con el príncipe Alejandro Karađorđević, nieto del fundador de la dinastía Karađorđević y heredero del trono de Serbia.
Después de la Primera Guerra Mundial, Alejandro se convirtió en rey de Yugoslavia y Jelisaveta se convirtió en la reina consorte del país. Durante su mandato, se dedicó a trabajar en obras de caridad y se interesó en la medicina. Fundó la Cruz Roja Yugoslava y la Liga de Mujeres Yugoslavas.
En la Segunda Guerra Mundial, Jelisaveta y su familia tuvieron que huir del país debido a la invasión nazi. Fueron capturados por los alemanes en mayo de 1941 y llevados a Austria, donde fueron encarcelados en el campo de concentración de Dachau. Jelisaveta murió allí el 11 de febrero de 1945, después de haber sido torturada y asesinada por los nazis.
Su vida y obra fueron recordados en Yugoslavia y en otros países después de su muerte. En 2000, fue beatificada por la Iglesia ortodoxa serbia como mártir y santa. También se le conoce hoy como la "madre de la Cruz Roja Yugoslava" por su trabajo humanitario durante su vida.
Milos Teodosic y Jelisaveta Orasanin se conocieron en el año 2008, durante una competición de baloncesto en Serbia. Desde entonces, mantienen una relación amorosa que ha ido consolidándose a lo largo de los años.
La pareja contrajo matrimonio en el año 2014 en una ceremonia íntima en Belgrado, a la que asistieron familiares y amigos cercanos. Desde entonces, se han convertido en una de las parejas más queridas y estables del mundo del baloncesto internacional.
Jelisaveta Orasanin, además de ser la esposa de Milos Teodosic, es arquitecta e interiorista de profesión. Su pasión por el diseño y la decoración de interiores la ha llevado a emprender varios proyectos en su país natal, Serbia.
Por su parte, Milos Teodosic es uno de los jugadores de baloncesto más talentosos y reconocidos de Europa. Ha logrado importantes triunfos en su carrera deportiva, tanto a nivel clubes como con la selección nacional de Serbia.
A pesar de los compromisos y retos profesionales de ambos, la pareja ha logrado mantener una relación sólida y armoniosa. Su amor por el deporte y por la cultura serbia han sido dos de los pilares fundamentales de su relación.
Jelisaveta y Vuk se conocieron en una exposición de arte moderno en Belgrado. Mientras admiraban las obras de arte en la galería, Jelisaveta y Vuk se dieron cuenta de que compartían intereses similares en cuanto a la creatividad y la expresión artística. Comenzaron a hablar entre ellos y descubrieron que ambos trabajaban como diseñadores gráficos en la misma ciudad. Decidieron intercambiar información de contacto y citarse para discutir proyectos futuros. Desde ese día, Jelisaveta y Vuk han trabajado juntos en varios proyectos de diseño gráfico y se han convertido en buenos amigos.