Jeremy Horowitz es un abogado estadounidense que se especializa en la protección de los derechos de los consumidores. Nació en Brooklyn, Nueva York, en 1965 y se graduó en la Universidad de Nueva York en 1987. Luego, asistió a la Escuela de Derecho de la Universidad de Columbia, donde se graduó en 1990.
Después de su graduación, Horowitz comenzó a trabajar como abogado en la firma de abogados Paul, Weiss, Rifkind, Wharton & Garrison, donde se centró en litigios corporativos y financieros. En 1998, se unió a la firma de abogados Milberg Weiss, una de las principales firmas de abogados del país que representaba a los consumidores en acciones colectivas contra grandes corporaciones.
En 2002, se convirtió en socio en Milberg Weiss y lideró muchos casos importantes en nombre de los consumidores. En 2007, la firma cambió su nombre a Milberg LLP y, poco después, Horowitz dejó la firma para unirse a los bufetes de abogados Kasowitz, Benson, Torres & Friedman LLP y más tarde a Fried, Frank, Harris, Shriver & Jacobson LLP.
En 2014, Horowitz se unió a la firma de abogados Marion, Fontaine, Boesch & Horowitz, donde se centra en litigios de consumo y fraudes financieros. También ha sido reconocido como uno de los principales abogados de acción colectiva del país y ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su trabajo en defensa de los consumidores.
Jeremy Horowitz, abogado experto en divorcios, y Rocky Barnes, reconocida modelo, se conocieron por casualidad en una playa de California mientras disfrutaban de un día soleado. La conversación empezó cuando Rocky le preguntó a Jeremy si no le vendría bien un poco de protector solar en su rostro, ya que su piel parecía un poco quemada. Jeremy agradeció el consejo y charlaron un poco más sobre el clima, la moda y el estilo de vida de cada uno.
Poco después, Jeremy recibió una llamada de su celular y tuvo que atender un caso urgente. Trató de despedirse rápidamente de Rocky, pero ella lo interrumpió y le dijo: "Oye, si alguna vez necesitas una modelo para tus presentaciones en la corte, ¡cuéntame conmigo!". Jeremy sonrió y anotó su número de teléfono en su agenda.
Tiempo después, cuando Jeremy preparaba un caso importante, recordó las palabras de Rocky y decidió contactarla para que fuera su modelo de apoyo en el tribunal. Aunque al principio Rocky se sintió un poco nerviosa, finalmente aceptó el trabajo y ambos lograron ganar el caso.
Desde ese día, Jeremy y Rocky se convirtieron en amigos cercanos y a menudo salían a tomar café o a pasear por la playa juntos. Y aunque sus profesiones eran muy diferentes, aprendieron a admirarse mutuamente y a compartir sus habilidades para lograr el éxito.