Jill Vandenberg Curtis nació en 1959 en Estados Unidos y se mudó a Hawái con su familia cuando era joven. A lo largo de su vida, trabajó como actriz, abogada y activista medioambiental.
En 1980, fue elegida Miss Hawái y participó en el concurso Miss América. Después de graduarse de la Universidad de Hawái, estudió derecho en la Universidad de California, Berkeley y trabajó como abogada en San Francisco.
Más tarde, Curtis se unió a Greenpeace y trabajó como activista medioambiental, involucrándose en campañas contra la caza de ballenas y la contaminación nuclear en el océano Pacífico.
En 1991, Curtis y otros activistas fueron arrestados y encarcelados durante tres meses en Japón por protestar contra la caza de ballenas. Después de su liberación, continuó trabajando para Greenpeace en Hawái y fundó una organización sin fines de lucro llamada Kuaʻāina Ulu ʻAuamo.
En el 2006, fue diagnosticada con cáncer de mama y comenzó a documentar su lucha contra la enfermedad a través de un blog llamado "Jill's Journey". El blog se convirtió en un espacio de inspiración para otros pacientes de cáncer y para la comunidad en general.
En 2010, Curtis falleció a causa del cáncer. Su legado continúa a través de la organización Kuaʻāina Ulu ʻAuamo y el impacto que tuvo en la conciencia medioambiental en Hawái y en todo el mundo.
Jill Vandenberg Curtis fue la sexta esposa del actor Tony Curtis. Se conocieron en un centro de rehabilitación en 1993, donde Tony estaba recibiendo tratamiento por problemas de adicción y Jill trabajaba como consejera. Se casaron en 1998 en Las Vegas, Nevada.
Tony y Jill compartieron varios intereses, como la pasión por los caballos y el amor por los animales. También trabajaron juntos en la creación de la fundación Shiloh Horse Rescue para ayudar a los caballos en peligro de sacrificio.
Su matrimonio duró hasta la muerte de Tony en 2010. Jill fue una cuidadora y compañera dedicada en los últimos años de la vida de Tony, mientras él luchaba contra enfermedades y problemas de salud. Después de la muerte de Tony, Jill ha continuado trabajando en la fundación Shiloh Horse Rescue y ha seguido siendo una defensora de los derechos de los animales.