Joan Chen es una actriz y directora china que nació el 26 de abril de 1961 en Shanghái, China. Empezó su carrera en el cine cuando era adolescente, y después de protagonizar varias películas en su país, se trasladó a Estados Unidos para continuar su carrera en Hollywood.
En Hollywood, Joan Chen participó en películas como "El Último Emperador" y "Lazos Ardientes", lo que le permitió obtener popularidad y reconocimiento en la industria cinematográfica. También ha participado en series de televisión como "Twin Peaks" y "Marco Polo".
Además de su carrera como actriz, Joan Chen ha dirigido varias películas, como "Xiu Xiu: La Sentencia Final" y "Shi Yue". También ha trabajado como productora y ha participado en proyectos humanitarios para ayudar a mejorar la vida de las personas en China y otros lugares del mundo.
Joan y Chen se conocieron en una tienda de té en Hong Kong. Joan estaba buscando un té específico y Chen, que trabajaba en la tienda, lo encontró para ella. Después de charlar sobre su amor por el té, se dieron cuenta de que también compartían otras intereses y comenzaron a frecuentar la tienda juntos.
Peter y Hui se conocieron en una clase de idiomas en la universidad. Peter se sentó al lado de Hui y comenzaron a conversar en español. Descubrieron que ambos tenían un gran interés por los idiomas y comenzaron a estudiar juntos. Al finalizar la clase, intercambiaron números y comenzaron a salir juntos.
Jim-Lau y Joan-Chen se conocieron en una cálida tarde de verano en un parque cercano al centro de la ciudad. Mientras caminaban por el sendero del parque, Jim notó a una mujer de pelo oscuro sentada en un banco y decidió acercarse para saludarla. Al principio, Joan parecía un poco nerviosa, pero rápidamente se relajó y comenzó a conversar con él. Los dos se dieron cuenta de que tenían mucho en común, y enseguida comenzaron a hablar de sus pasatiempos y sus intereses. A medida que la tarde avanzaba, Jim y Joan se dieron cuenta de que tenían una conexión muy especial. Después de pasar horas charlando en el parque, decidieron intercambiar números de teléfono y planes de volver a encontrarse pronto. Desde ese día, Jim y Joan se convirtieron en inseparables amigos, y su amistad creció a lo largo de los años, convirtiéndose en una historia de amor que duraría toda la vida.