Joel Lawrence era un hombre enigmático y algo solitario. Había dejado su trabajo en una gran empresa para dedicarse a la jardinería y las plantas. Pasaba gran parte de su tiempo cultivando, podando y cuidando sus flores y árboles. Además, se había convertido en un apasionado de la fotografía y utilizaba sus paseos por la naturaleza para capturar imágenes increíbles. Nunca se casó y no tenía hijos, pero tenía un grupo de amigos muy cercanos con los que ocasionalmente compartía cenas y paseos por el campo. Además, era un gran amante de la música y tocaba la guitarra en su tiempo libre. Siempre era amable y gentil con los demás, pero a menudo parecía que su mente estaba en otro lugar. En general, era un hombre muy reservado y misterioso, pero todos los que lo conocían lo admiraban y respetaban por su dedicación y su pasión por las cosas simples y hermosas de la vida.