Joey Pauline llevaba una vida tranquila en su pequeña ciudad al noreste del país. Había trabajado en una fábrica de muebles durante 20 años, y aunque no era su trabajo soñado, le permitió mantener a su esposa e hijos con comodidad. Sin embargo, la llegada de la crisis económica lo dejó sin trabajo. A pesar de sus esfuerzos por encontrar empleo, pasaron meses antes de que pudiera encontrar algo apenas en lo que pudiera mantenerse. Joey decidió tomar el problema en sus manos y comenzar su propio negocio. Junto con su esposa, comenzaron a vender artesanías y objetos hechos a mano en una feria local. Fue difícil al principio, pero con perseverancia y determinación, lograron que su negocio despegara. Actualmente, tienen una pequeña tienda en línea y un local en el centro de la ciudad donde venden su trabajo. Aunque no es rico, Joey se siente feliz y satisfecho con su vida. Aprendió a apreciar lo que tiene y es agradecido por su familia y su hogar. Además, su trabajo le permite ser creativo y encontrar gozo en lo que hace, lo que hace que cada día sea emocionante y lleno de posibilidades.