Johnny Edgecombe fue una figura prominente en el mundo de la música y la vida nocturna londinense de la década de 1960. Nació en Antigua en 1934 y emigró al Reino Unido en 1953. A lo largo de los años, se convirtió en un conocido promotor de clubes nocturnos y se relacionó con importantes figuras de la música y el entretenimiento.
Sin embargo, su fama mundial provino de un escándalo público en 1963, cuando fue condenado por haber disparado un arma de fuego frente a la casa de Christine Keeler, una modelo y burócrata del gobierno británico con la que había tenido un romance. Este incidente, que fue parte del escándalo del Profumo, llevó a la caída del gobierno del primer ministro Harold Macmillan y terminó su carrera como promotor de clubes nocturnos.
Después de cumplir una sentencia de 10 años en prisión, Edgecombe trató de recuperar su carrera en la música y el entretenimiento, pero tuvo problemas financieros y personales, incluso una breve detención en 1977. Murió en octubre de 2010, a los 76 años. Aunque su legado está manchado por su historia criminal, su vida continúa siendo un episodio fascinante en la historia de la cultura pop británica.
Christine Keeler y Johnny Edgecombe tuvieron una relación turbulenta en Londres durante la década de 1960. Keeler era una joven modelo y bailarina que se convirtió en el centro de un escándalo político después de tener relaciones sexuales con el secretario de guerra británico, John Profumo. Edgecombe era un músico que también estaba involucrado en el mundo del crimen y las drogas.
Keeler y Edgecombe se conocieron en 1961 y rápidamente iniciaron una relación apasionada. Sin embargo, esa relación se deterioró cuando Keeler comenzó a salir con otros hombres, incluido el médico Stephen Ward, que también estaba implicado en el escándalo Profumo.
En diciembre de 1962, Keeler y Ward fueron acusados de proporcionar prostitutas a hombres influyentes en el Reino Unido, incluido el agregado naval soviético, Yevgeny Ivanov. Edgecombe, que en ese momento tenía una relación intermitente con Keeler, se sintió traicionado y amenazó con exponer la relación de Keeler con Profumo si no volvía a verla.
El 14 de julio de 1963, Edgecombe disparó varios tiros de revolver en la casa donde vivía Keeler, en un intento de llamar su atención. Fue arrestado por la policía y condenado por posesión ilegal de un arma. Este evento ayudó a dar a conocer el escándalo Profumo.
Tras el arresto de Edgecombe, Keeler se convirtió en un objetivo principal de la prensa sensacionalista, que la retrataba como una mujer promiscua e inmoral. Eventualmente, Keeler testificó en el juicio de Ward, donde se revelaron más detalles del escándalo Profumo. Después del juicio, tanto Keeler como Edgecombe continuaron con sus vidas, aunque ambos se enfrentaron a problemas legales y personales.