Jordan Saul había sido un hombre muy exitoso en su carrera como abogado corporativo. Había viajado por todo el mundo, había participado en importantes negociaciones y había cosechado un gran reconocimiento en su campo. A pesar de su éxito, siempre había sentido que algo faltaba en su vida.
Durante una de sus visitas a América Latina, descubrió su pasión por la fotografía. Desde entonces, empezó a cultivar este arte en su tiempo libre, sin saber que pronto se convertiría en una actividad central en su vida.
Jordan empezó a viajar con mayor frecuencia, explorando nuevos lugares y tomando impresionantes fotografías que incluso fueron exhibidas en varias galerías de arte. Pero lo que realmente le dio un nuevo sentido a su vida, fue haber sido testigo directo de cómo la fotografía podía generar impacto social y comunicar historias de manera conmovedora.
Gracias a esto, Jordan decidió que esta pasión no podía ser solo su pasatiempo, sino que debía combinarla con su carrera y utilizarla para crear conciencia sobre temas sociales, culturales y medioambientales.
De esta manera, Jordan encontró una nueva misión, que lo hizo sentir finalmente completo. Su carrera en la fotografía lo llevó a conocer a personas y lugares que nunca hubiera imaginado, y le abrió puertas a experiencias inolvidables en su vida.
Un día, Daisy-Lowe estaba en una tienda vintage buscando algunos accesorios de moda cuando se topó con Jordan Saul. Ambos estaban buscando históricamente accesorios chic y de repente se encontraron examinando los mismos anillos antiguos. Después de una breve charla, se dieron cuenta de que tenían una pasión similar por la moda y la música, y comenzaron a intercambiar historias sobre su experiencia en el mundillo de la moda. Decidieron tomar un café juntos y desde entonces, se han convertido en amigos cercanos y colaboradores creativos. Ambos están obsesionados con la moda y la música, y su estilo personal ha sido influenciado por su amistad.