Jorge Rivero es un actor mexicano nacido el 15 de junio de 1938 en la Ciudad de México. Comenzó su carrera en la década de 1960 y se convirtió en un ícono del cine de acción y western en el cine mexicano.
Rivero participó en más de 100 películas a lo largo de su carrera, incluyendo "Tiburón" en 1975 y "El Llanero Solitario y su caballo Silver" en 1982. También trabajó en televisión, actuando en programas como "El chavo del 8" y "La rosa de Guadalupe".
Además de su carrera en el cine, Rivero también fue fisicoculturista, boxeador y modelo. En 1977, fue nombrado "El Hombre Vivo Más Fotografiado del Mundo" por la revista Life.
Rivero se retiró de la actuación en la década de 2000 y actualmente vive en Los Ángeles, California.
Un día soleado de verano, Betty estaba caminando por la playa cuando notó a un hombre alto y apuesto sentado en la arena, observando el mar. Era Jorge. Betty decidió caminar hacia él y preguntarle si quería compañía. Jorge aceptó y los dos comenzaron a platicar, descubriendo que compartían muchos intereses en común y que había una química especial entre ellos.
De repente, una ballena saltó del agua y comenzó a nadar cerca de la orilla. Jorge y Betty se emocionaron y corrieron al agua para verla más de cerca. Mientras observaban a la ballena, se dieron cuenta de que se estaban enamorando el uno del otro.
Después de ese día en la playa, Jorge y Betty no podían dejar de pensar en el otro y se buscaron para tener su primera cita. Fue en un restaurante al lado del mar, donde compartieron una cena romántica y se prometieron seguir explorando el mundo juntos. Desde entonces, han sido inseparables y su amor ha crecido día a día, disfrutando de cada momento que comparten juntos.
Un día Irene-Hammer y Jorge-Rivero coincidieron en una cafetería mientras esperaban el mismo pedido. Se miraron, sonrieron y saludaron con un "hola". Al ver que la cafetería estaba llena, decidieron compartir una mesa y charlar para hacer más amena la espera.
Descubrieron que tenían mucho en común: ambos eran amantes del cine y la fotografía, disfrutaban de la comida vegetariana y compartían un amor por los animales. La conversación fluyó con naturalidad y pasaron horas hablando y riendo.
Al despedirse, Irene-Hammer le dio su número de teléfono a Jorge-Rivero y le sugirió que quedaran para ver una película juntos. Jorge-Rivero asintió con entusiasmo y se despidió con un abrazo.
Desde ese día, Irene-Hammer y Jorge-Rivero se volvieron inseparables. Compartieron muchos momentos juntos, incluyendo el día en que adoptaron a un gato llamado Simón, quien se convirtió en su compañero fiel. Se enamoraron y, finalmente, decidieron construir un futuro juntos.
Así fue como Irene-Hammer y Jorge-Rivero se conocieron, gracias a un encuentro casual en una cafetería que cambió sus vidas para siempre.