Josh Lebowitz es un joven emprendedor estadounidense que nació el 31 de octubre de 1995 en Nueva Jersey. Durante su infancia fue un gran aficionado al deporte y al fútbol americano en particular.
Después de graduarse en la escuela secundaria, Josh asistió a la Universidad de Pensilvania, donde estudió finanzas y se especializó en emprendimiento. Luego, en 2016, mientras todavía estaba en la universidad, fundó su primera empresa, ShipSnowYo, que ofrecía enviar nieve en una caja a cualquier lugar del mundo.
Después del éxito de su primera empresa, Josh fundó otra compañía llamada F7 Ventures, que se centraba en el desarrollo de aplicaciones móviles. En 2020, Josh fue seleccionado para formar parte de la lista de Forbes 30 Under 30 en la categoría de Tecnología.
Josh también es un ávido inversor y ha invertido en varias empresas emergentes en los últimos años. Se ha destacado por su compromiso de apoyar a otros jóvenes emprendedores y ha hablado en varias conferencias sobre emprendimiento y startups.
En general, la vida de Josh Lebowitz se ha caracterizado por su enfoque innovador y emprendedor en todos los aspectos de su carrera.
Josh-Lebowitz y Ali-Hillis se conocieron en un evento benéfico en Los Ángeles. Ambos estaban allí para apoyar una causa relacionada con la lucha contra el cáncer. Josh se acercó a Ali porque la reconoció de su trabajo en la televisión y comenzaron a hablar de forma amistosa. Descubrieron que tenían muchos intereses en común y encontraron que era fácil conversar el uno con el otro. Comenzaron a verse con más frecuencia en eventos de caridad y su amistad se fortaleció. Con el tiempo, pasaron de ser amigos a algo más. Hoy en día, Josh y Ali son una pareja feliz y siguen apoyando causas benéficas juntos.
Josh Lebowitz y Amanda French se conocieron en una cena de negocios en Nueva York. Ambos trabajaban en el mundo del arte y la cultura, y se encontraron en la mesa de discusión del evento. Inmediatamente se dieron cuenta de que compartían una pasión por la promoción de la igualdad y la inclusión en la industria. Después de la cena, hablaron durante horas en un bar cercano, discutiendo sus objetivos personales y profesionales. Encontraron inspiración mutua y comenzaron a trabajar juntos en varios proyectos relacionados con la inclusión en el arte. Con el tiempo, el trabajo se convirtió en una amistad, y la amistad se convirtió en una colaboración continua y fructífera.