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Joyce Jett

Joyce Jett

Joyce Jett tenía una vida apacible y tranquila, pero se encontraba insatisfecha. A pesar de tener un trabajo estable y una familia amorosa, sentía la necesidad de expandir sus horizontes y experimentar nuevas oportunidades. Tras muchos años de reflexión, decidió regresar a la universidad para obtener un posgrado en su campo de interés, algo que siempre había querido hacer. A pesar de que esto significaba sacrificar su tiempo y su comodidad, estaba determinada a hacerlo.

Durante su tiempo en la universidad, Joyce descubrió su verdadera pasión y se dio cuenta de que quería hacer algo más significativo. Comenzó a trabajar en un proyecto que cambiaría la vida de muchas personas en su comunidad local y, poco a poco, comenzó a recibir el reconocimiento que merecía. Hoy en día, Joyce Jett es una mujer exitosa y respetada en su campo, pero lo más importante es que se siente plena y realizada. Ha demostrado que nunca es tarde para perseguir nuestros sueños y hacer una diferencia en el mundo.

Relaciones amorosas

Cantinflas

Cantinflas

Amante de Joyce Jett

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Cantinflas y Joyce-Jett se conocieron en 1954 durante la filmación de la película "Si yo fuera diputado". Joyce-Jett era una actriz estadounidense que visitaba México por primera vez y Cantinflas era una estrella de cine mexicana ya establecida.

Al principio, la comunicación entre los dos fue difícil debido a la barrera del idioma, pero eventualmente se hicieron amigos. Cantinflas le enseñó algunos modismos y frases en español a Joyce-Jett y ella le enseñó algo de inglés.

La prensa especuló sobre una posible relación romántica entre ellos, pero nunca hubo pruebas de esto. Sin embargo, Cantinflas y Joyce-Jett mantuvieron una amistad cercana durante el resto de sus vidas.

En 1957, Cantinflas hizo un viaje a Los Ángeles y se hospedó en la casa de Joyce-Jett. Durante su estancia, recibió una invitación para asistir a los Premios Oscar, donde fue presentador y ganó un premio honorífico por su papel en la película "La vuelta al mundo en 80 días". Joyce-Jett estuvo presente en la ceremonia y fue una de las primeras en felicitar a Cantinflas por su éxito.

Joyce-Jett falleció en 1967 y Cantinflas lamentó su pérdida públicamente. En varias entrevistas a lo largo de su carrera, recordó su amistad con ella y habló de lo importante que fue para él tener una amiga fuera del mundo del cine mexicano.